NACIONALISTA CON DIGNIDAD |
POR RODOLFO BRACELI
La noticia tuvo la desgracia
de ser excepcionalmente buena, y entonces, por ser así de extraordinaria, fue
ninguneada por los pulpos de la des-comunicación. Para eso usan la tan mentada
“libertad de expresión”, para esconder y traspapelar y aterrar.
La noticia suena a ciencia
ficción, a delirio: “Naciones Unidas elige a Bolivia para dirigir la nueva
arquitectura financiera mundial”. Sigamos escuchando, si es posible desde la
buena leche: “La ONU eligió a Bolivia para presidir el comité especial que
elaborará un marco jurídico multilateral que regule los procesos de
reestructuración de deuda soberana. En Nueva York, los países miembros de la
ONU eligieron al embajador boliviano Sacha Llorenti como presidente de ese
comité.”
Parece mentira: no será
Alemania, ni Estados Unidos, ni Japón, ni China el país modelo elegido para
encabezar el trabajo destinado a instalar una nueva arquitectura financiera
mundial que enfrentará al superpoder encarnado por los buitres. El comité
presidido por Bolivia además “buscará garantizar el desarrollo sostenible de
las naciones”.
Lo conseguido por Bolivia,
hacia adentro y hacia afuera, no queda otra que reconocerlo. Evo Morales
padeció burlas y afrentas. Recordemos y, de paso, veamos como la impunidad es
pornografía. Cuatro países del envejecido Viejo Mundo (Portugal, Italia, España
y Francia) el 3 de julio del 2013 prohibieron hacer escala al avión que
trasladaba al presidente de Bolivia. Adujeron “problemas técnicos” en sus
aeropuertos.
Problemas técnicos: un alevoso
eufemismo que esconde el servilismo de cuatro gobiernos a esa Norteamérica que,
después de Roosevelt, convirtió a sus presidentes en meros voceros del
Pentágono. La “demora” del avión boliviano fue secuestro. Puso a prueba la
vitalidad de la Unión de Naciones Suramericanas (UnaSur), reunida en
Cochabamba.
Retomo reflexiones vertidas en
esta columna desde el 2005. Lo que se le hizo a Evo, “el indio ese”, se le hizo
a la América del Sur entera. Ya antes, recién elegido Evo, un cómico de la
cadena católica española Cope simuló una llamada con Morales, haciéndose pasar
por Zapatero. Mofa humilladora. Pero Evo gobernó y fue reelecto con más del 63
por ciento. Flor de detalle: antes de su triunfo liberó un millón y medio de
“secuestrados” (analfabetos). “El indio ese” arrasó en las urnas. Superó el
desgaste, la mofa racista y a una derecha que trató de partir a Bolivia en dos.
Más memoria. Por años los
medios pulpos se burlaron del pulóver de Evo. Se escandalizaron desde el ABC de
Madrid hasta el prolijo Vargas Llosa, que alertó sobre un racismo indigenista.
El gran escritor usó la libertad más que para ser “liberal” en un sentido
primordial, para malversar su stock reflexivo. Medio mundo se cantó de la risa
haciendo sociología barata a propósito de ese Evo que visitaba a los
mandatarios estelares sin saco, con su pulóver multicolor.
Damas y caballeros, debajo de
la ropa todos estamos muy desnudos. Pero vemos que hay tipos que se disfrazan
de ejemplares padres de familia y son eficaces asesinadores. Por su vestimenta,
¿alguien diría que el hijo de Bush, con la excusa de defender las democracias,
perpetraría genocidios preventivos?
Más preguntas: ¿por qué nos
burlamos de un presidente que se sigue vistiendo como se vestía? ¿Hasta cuándo
oscilaremos entre banalidad y estupidez? ¿Será que aquí la apariencia es
esencial?
El caso es que, mientras aquí
mismo se mofaban del pulóver de Evo, el aseado, el bieneducado neoliberalismo
superaba sus propios record de desocupación; los países del primer mundo
estallaban, convertidos en desesperadas esquirlas de la burbuja financiera.
Tras la primera década del
siglo 21 Unicef nos avisa que en este planeta mueren cada día, de hambre, unas
100 mil personas. De esas 100 mil muertes hambrientas, 30 mil son niños menores
de 6 años. Por otro lado, el inspirado EE.UU. sigue alimentando guerras en las
que, hasta el genocidio preventivo de Irak, había invertido más de 800 mil
millones de dólares. Para matar.
Estamos a merced de los
eufemismos. Decimos “este planeta”; digamos “este Sistema”. Periodistas y
medios que descomunican tienen responsabilidades. Ejemplo: cuando diarios,
radios y tevé se burlan del pulóver de “el indio ese”, distraen de lo que el
indio expresó al asumir.
Evo dijo: “La política es una
ciencia de servicio al pueblo. Hay que servir al pueblo no vivir del pueblo.” Y
dijo: “No es posible que se privaticen los servicios básicos… Cuando el agua es
negocio privado se violan los derechos humanos.” Y dijo: “¿Cómo buscar
mecanismos que permitan reparar los daños de 500 años de saqueo a nuestros
recursos naturales? Más del 20 por ciento de bolivianas y bolivianos son
analfabetos.” Y dijo: “No es posible que haya hermanas y hermanos del campo sin
documento personal. En Europa hasta los perros tienen pasaporte.” Y dijo,
citando a Túpac Yupanqui: “Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser
libre”.
Además Evo contó, “para que
sepa la prensa internacional, que a los primeros aymaras y quechuas que
aprendieron a leer y escribir, les sacaron los ojos, les cortaron las manos
para que nunca más aprendan a leer y escribir.”
Ahí Evo metió dedo en llaga:
mediante la analfabetización se consolida la esclavitud. El siglo 21 necesita
cada vez más esclavos para que los bien comidos y techados podamos seguir
eructando la religión del bolsillo. La analfabetización secuestra.
Durante su primer gobierno
Evo, aplicando el método cubano “Yo Sí Puedo”, alfabetizó 1.500.000 de
secuestrados. En diciembre del 2008 la UNESCO declaró: “Bolivia, territorio
libre de analfabetismo”. Evo lo demuestra: la paciencia es lo contrario de la
resignación.
Hoy las Naciones Unidas eligen
a Bolivia para dirigir “la nueva arquitectura financiera mundial”. No estamos
soñando, estamos viendo lo que, por generaciones, dijimos que nosotros no
íbamos a ver, ni nuestros hijos tampoco. Ahora lo sabemos: Bolivia anidaba
otros yacimientos, además de los del oro y la plata, los incalculables
yacimientos de la dignidad.
Marzo de 2015.
Publicado en:
http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones104/nota7.htm
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