El lujoso Lamborghini Gallardo
fue vendido por Peláez Burga hace un mes. (Archivo El Comercio)
Caso Quintana:
Guisella y Mario Peláez Burga
han sido relacionados con el negocio de compra y venta de autos de lujo
ENRIQUE VERA CARO / @kiquevera
Ante los agentes de
Homicidios, Mario César Peláez Burga, sobrino del fiscal de la Nación, José
Peláez Bardales, reveló, el pasado martes, que hace un mes entregó a su socio
en la compra y venta de vehículos, Hugo Quintana Bardelli, el lujoso
Lamborghini Gallardo en el que este murió acribillado el 23 de abril. La idea
era que lo revendiera.
Esta no es la primera vez en
que el sospechoso negocio de autos lujosos administrado por familiares del
fiscal está ligado a casos delictivos.
Mario César Peláez Burga es
hijo del ex viceministro de Agricultura Mario Gabriel Peláez Bardales, hermano
mayor del titular del Ministerio Público.
Es, además, hermano de
Guisella Matilde Peláez Burga. Según conoció El Comercio, ella fue intervenida
en La Molina en mayo del 2009 por conducir una camioneta BMW que había sido
robada en Surco, y que circulaba con una placa de otra camioneta robada.
Agentes de la División de
Robos a cargo de las pesquisas concluyeron en aquella oportunidad que la
camioneta fue entregada a la sobrina de Peláez Bardales por una banda dedicada
al hurto y adulteración de vehículos, así como a la falsificación de
documentos. El SOAT y la tarjeta de propiedad halladas por la policía no
correspondían a la camioneta que manejaba Guisella Peláez.
Inexplicablemente, un juzgado
penal le dio libertad bajo comparecencia pese a las evidencias que abrían la
posibilidad de su participación en el ilícito. A raíz de ello, Peláez Bardales
enfatizó en un comunicado que solo respondía por sus actos y los de sus hijas.
“Los otros familiares sabrán responder por sus actos”, anotó.
Según la investigación de la
policía, la sobrina del fiscal era una empresaria dedicada a la compra y venta
de vehículos usados, el rubro al cual se dedicaba su hermano Mario,
aparentemente, en coordinación con Hugo Quintana, conocido como ‘Negro Hugo’.
Las investigaciones a los
sobrinos de Peláez Bardales han sido retomadas por la policía para esclarecer
el crimen de Quintana.
Otro caso archivado
En marzo del 2011, Rubén Álvarez Astete
denunció que Quintana, junto a otro sujeto, le rompió la mandíbula en cuatro
partes porque osó rebasar en su carro la marcha de sus agresores. La denuncia
de Álvarez fue extrañamente archivada.
Álvarez incluso acusó a
Quintana y a Mario Peláez por agredir y robarle el arma de reglamento a un
coronel cuya identidad se desconoce, pues este no habría denunciado el hecho.
Ello ocurrió en el 2008, el mismo año que ‘Negro Hugo’ y su esposa, Claudia
Cambriani, fueron procesados por traficar con pasaportes y ciudadanías
italianas.
Hay quienes cuestionan en la
policía el grado de impunidad con que actuaban los Peláez y, por cercanía,
Quintana, antes del final de aquella sociedad a punta de balazos.
Caso de pasaportes falsificados fue archivado
En el 2008, la policía descubrió que Hugo
Quintana Bardelli, en complicidad con su esposa, Claudia Cambriani, incurrieron
en falsificación de pasaportes y ciudadanías italianas.
Con ello, 48 peruanos se
vieron favorecidos.
A cada uno de los
connacionales captados se les cobró entre S/.3 mil y S/.7 mil por la ansiada
nacionalidad del país europeo, según las indagaciones policiales.
Hubo casos que quedaron
comprobados por los detectives que pusieron en marcha las pesquisas pero, de
manera bastante cuestionable, la fiscalía a cargo mandó al archivo estas
acusaciones. Ello pese a que Quintana Bardelli tenía en sus antecedentes dos
años de prisión en el penal de Pocollay por intentar pasar droga a Chile.
El caso se remonta a 1996.
‘Negro Hugo’ sindicó en
aquella oportunidad a Sandro Puelles Dentone como miembro de su banda.
Las últimas investigaciones de
la Policía Antidrogas dan cuenta de que Quintana Bardelli coordinaba con
integrantes de una mafia ligada a un cártel mexicano en algunos balnearios
exclusivos de Lima.
Hasta esas playas ‘Negro Hugo’
llegaba a bordo de ostentosos autos, como el Lamborghini Gallardo donde murió
acribillado, un Audi modelo 2013 y distintas camionetas BMW, según indicaron
los detectives que investigan el crimen.
Allí era atendido en largas
reuniones. En una de ellas le habrían encargado ser, dentro del Perú, el coordinador
de envíos de droga dirigidos a Estados Unidos y Europa.
La muerte de Quintana Bardelli
habría sido producto de una delación que hizo sobre una organización de
narcotráfico, rival de la suya, que operaba desde el aeropuerto internacional
Jorge Chávez con la complicidad de agentes policiales que trabajaban en la Oficina
de Requisitorias.
SOBRINO DEL FISCAL DE LA
NACIÓN VENDIÓ LAMBORGHINI A QUINTANA
Mario César Peláez Burga
declaró ante la policía y dijo que se lo dio hace un mes a cambio de dos carros
modernos
Uno de los detalles que más
llamó la atención el día que Hugo Daniel Quintana Bardelli fue asesinado a
balazos en Surquillo el pasado miércoles 23 de abril fue el lujoso Lamborghini
Gallardo que estaba manejando cuando fue interceptado por los sicarios. El
vehículo, hace más de un mes, estaba en manos del sobrino del fiscal de la
Nación José Peláez Bardales.
Mario César Peláez Burga declaró
ante la policía el martes y detalló que el vehículo sin placa se lo entregó a
Quintana Bardelli a cambio de dos vehículos modernos. A pesar de este
intercambio, todavía quedaba un saldo pendiente que Quintana Bardelli debía
cancelar una vez revendido el vehículo.
El vehículo que llegó desde
Estados Unidos fue comprado por el sobrino de Peláez Bardales por un valor
aproximado de US$150 mil y por un precio similar fue vendido a Quintana
Bardelli.
El empresario acribillado
tenía como consigna vender el lujoso carro, como quedó registrado en el portal
Neoauto, donde ofertó el vehículo como un vehículo del 2011 con "14 mil
kilómetros convertible con seis cambios". Esto no impedía que Quintana
Bardelli lo condujera por las calles.
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