René Cornejo es ahora el ex
Presidente del Consejo de Ministros, pero conviene recordar que no se trata de
una salida limpia del cargo, sino de la respuesta política ante una serie de
acusaciones sobre las cuales hay aún mucho por dilucidar. No vaya a ser que
baste con su retiro del cargo para olvidar que se trata de un personaje que más
allá de un menos que tibio rol al mando del gabinete ministerial, tiene más de
una sombra en el currículum.
La bomba la soltó el programa
Cuarto Poder el domingo pasado. En un reportaje se mostró a Luis Zegarra,
asesor de René Cornejo (y según ciertas declaraciones, jefe de prensa de
Cornejo en todas las instituciones donde ha trabajado), haciendo lo posible por
convencer a Carlos Franco, un ex trabajador del Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento, para iniciar una campaña de desprestigio en contra
del legislador Víctor García Belaúnde (Acción Popular).
Pero el tiro salió por la
culata.
Carlos Franco, quien ya antes había denunciado por conflicto de
intereses al entonces Ministro de Vivienda, René Cornejo, y que retiró la
denuncia en el año 2013 por “presiones de Palacio de Gobierno y del
ministerio”, habló. La denuncia señala que Zegarra le pidió información para
desprestigiar al congresista Víctor Andrés García Belaunde para lo cual le
ofrecieron ocho mil soles. Pero no es la primera vez que René Cornejo está
vinculado a prácticas poco éticas, por decir lo menos.
En enero del 2012, Enrique Juscamaita,
ex viceministro de Construcción y Saneamiento, recibió en sus oficinas del
Ministerio de Vivienda a los encargados de hacer un “barrido” para detectar
micrófonos y otros equipos de “chuponeo” electrónico. Se encontraron tres.
Además, su cuenta de correo electrónico se encontraba hackeada.
¿Quién querría chuponear al
viceministro?
Como bien narra IDL Reporteros, la relación entre Juscamaita y su
jefe, René Cornejo, era cuando menos tensa. IDL Reporteros ha señalado, además,
que no se hizo ninguna investigación interna para saber quién colocó los
micrófonos ni tampoco intervino la Fiscalía o la Procuraduría, luego de que el
ex viceministro denunciara estos hechos ante el entonces ministro.
Ahora bien, ¿cuál era el
problema con Víctor Andrés García Belaúnde? El móvil es simple: a inicios de
este año, este legislador denunció al primer ministro por once delitos
vinculados al caso de conflicto de intereses por la Corporación Helios y se
mostró documentación de los beneficios de esta corporación que contrataba con
el Estado y que, por cierto, lo hizo también durante el gobierno de Alan
García. El parlamentario ponía el dedo en la llaga y el entonces Presidente del
Consejo de Ministros decidió utilizar el método Cornejo contra él.
Saludamos por eso el cambio en
la cabeza del gabinete ministerial, sin embargo las acusaciones no están
respondidas. La Corporación Helios se ha visto beneficiada en más de una
ocasión y durante varios años. El semanario “Hildebrandt en sus trece”
denunció, además, que esta institución había ganado 510 mil soles por vender
palcos y estacionamientos en el Estadio Nacional, durante el gobierno anterior.
Esta remodelación fue investigada por la Comisión de Educación del Congreso,
sin embargo, la Corporación Helios logró salvarse de la Megacomisión presidida
por Sergio Tejada. ¿Cómo? Aún no se
sabe.
Si bien la sanción política es
adecuada, hace falta la investigación profunda de estos casos para que no
vuelva a campear la impunidad, pero sobre todo para que personajes como Cornejo
no continúen creyendo que pueden lograr beneficios a costa del dinero de todos
los peruanos.
Perú: Ministro
René Cornejo en el banquillo de los acusados
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