El autor DE esta nota fue
profesor de García en San Marcos y lo emplaza a que muestre los diplomas de sus
grados académicos.
A Alan García Pérez no le ha
gustado la nueva Ley Universitaria. Su arcaico cañón verbal disparó contra la
entidad creada para controlar la calidad de la formación universitaria, de la
que dijo: “La superintendencia militar sobre las universidades es un remedio
peor que la enfermedad”; “no pueden proponerse soluciones que signifiquen
empeorar su situación y mucho menos ponerla bajo una bota o poder político”.
¿Podían él y sus cuatro
representantes en el Congreso de la República haber propuesto alguna solución
alternativa?
Nunca lo hicieron.
¿Estaban capacitados para
hacerlo? Cuando Alan García fue Presidente de la República, los proyectos de
ley y de decretos supremos no salían de él, ni de su partido. Venían de ciertas
consultoras, pasando por los ministerios y, si de normas de significación
económica y contratos de obras públicas se trataba, debían contar con el visto
bueno de los empresarios y los grupos empresariales interesados.
La Superintendencia de
Educación Universitaria les cae a Alan García y a sus conmilitones enquistados
en algunas universidades públicas y privadas como un fumigador en un campo
asolado por alguna plaga de voraces insectos. Si alguna de esas universidades
fuese un dechado de avance científico y tecnológico tendrían, tal vez, razón de
protestar. Ninguna lo es. Al contrario: están en el otro extremo y temen por su
vida.
El sistema universitario es un
servicio público que corona la estructura de la formación profesional de cada
país. Su tratamiento con la solvencia indispensable es asunto de especialistas
académicos calificados.
¿Alan García Pérez lo es?
Las referencias en Internet
sobre sus antecedentes universitarios, que verosímilmente él mismo ha
proporcionado, son muy escuetas y difusas. Las resumo:
En 1967 (a los 18 años)
ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde siguió Letras y
Derecho. En 1971 se trasladó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
donde se recibió de abogado. En setiembre de 1972 viajó a Madrid y en la
Universidad Complutense “defendió con éxito una tesis sobre Derecho
Constitucional Comparado ante un tribunal del que era miembro el catedrático
Manuel Fraga Iribarne, exministro de los gobiernos de Franco […] en 1973
continuó los estudios en la parisina Universidad de la Sorbona y se sacó un
posgrado en Sociología”. En otra biografía se dice: “En París, en la Escuela de
Hautes Études Politiques obtiene su título en Sociología”.
VAYAMOS POR PARTES.
1. —En 1967, Alan García ingresó a la
Universidad Católica y en 1971 se trasladó a la Universidad de San Marcos. Por
entonces, en la Facultad de Derecho de esta universidad, yo tenía a mi cargo
los cursos Derecho del Trabajo Individual y Colectivo y Derecho de la Seguridad
Social en el turno de la noche que empezaba a las seis de la tarde. Alan García
Pérez figuraba entre mis alumnos. Casi nunca asistió a mis clases y no dio los
exámenes parciales ni el final, lo que hice constar en las actas.
Años después me enteré que Alan García Pérez tenía nota en mis cursos.
Averigüé. Se había hecho tomar indebidamente los exámenes con un profesor de
simpatías apristas que dictaba en las mañanas. ¿Dio, en realidad, los exámenes?
Ese profesor ha fallecido hace muchos años.
Siempre he sido un profesor
muy exigente y, por eso, no era muy popular entre los alumnos, aunque luego de
recibirse muchos me lo agradecían cuando me encontraba con ellos. ¿Se recibió
Alan García de abogado?
En ese tiempo era obligatoria
la tesis de bachillerato. ¿La hizo y la sustentó? El legajo personal de Alan
García en los archivos de la Universidad de San Marcos desapareció en 1985,
poco después de haber sido elegido Presidente de la República.
2. — Las biografías de Alan
García dicen que en setiembre de 1972 fue a la Universidad Complutense de
Madrid y que obtuvo el doctorado en Ciencias Políticas. Esto tiene que haber
sido entre ese mes y junio de 1973, último mes del año académico, porque en 1973,
como se afirma, comenzó a estudiar en la Sorbona, donde el ciclo académico se
iniciaba en octubre.
Según la normativa de la
Universidad Complutense, los estudios doctorales comprendían en ese tiempo, dos
años de estudios comprensivos presenciales y la elaboración de una tesis para
la cual se requería un mínimo de dos años, al término de los cuales si el
director de tesis estimaba que el trabajo reunía los requisitos de originalidad
y suficiencia como investigación, la administración académica le permitía al
doctorando pasar a la sustentación ante un jurado de no menos de tres
profesores.
A Alan García no le sale la cuenta.
Si llegó a Madrid en setiembre
de 1972, la sustentación de su tesis, si la hubiera hecho, debería haber tenido
lugar en junio de 1976, el plazo más breve. ¿Siguió realmente los estudios
doctorales en Madrid? Todo indica que no. Tampoco su nombre aparece en la
relación de doctores recibidos en la Universidad Complutense, ni en aquellos
años ni posteriormente (portal en Internet de esta universidad). Había en ella
cursos de asistencia voluntaria en determinadas asignaturas que podían durar
hasta un año académico y permitían obtener un certificado de asistencia, que,
obviamente no era un diploma de maestría y menos de doctorado.
3. — Continuemos siguiendo
esta pista. Según una biografía, en octubre de 1973, Alan García habría
comenzado los estudios de Sociología en la Sorbona de París, y, según otra, en
la École de Hautes Études Politiques, habiendo obtenido un título en
Sociología. Esta École, cuya denominación era entonces École Pratique de Hautes
Études, y la Sorbona eran y son dos entidades distintas y una no dependía de la
otra.
Para obtener la licenciatura
en Sociología en Francia se debía haber hecho por aquellos años los cuatro del
llamado pregrado en una universidad, después de lo cual el estudiante aprobado
podía ingresar a una entidad para hacer los estudios de especialización de dos
años.
En la École Pratique de Hautes
Études, se podía hacer los estudios de pregrado, pero no los de doctorado, para
la que fue habilitada recién a partir de 1976. Para el doctorado se requería
pasar cuatro ciclos semestrales y redactar y sustentar una tesis que tomaba de
dos a cinco y más años.
A quienes lo deseaban, por lo
general estudiantes extranjeros con un título profesional, se les permitía
concurrir a los cursos durante un año y se les entregaba un certificado de
asistencia. ¿Fue Alan García uno de esos estudiantes libres? ¿Obtuvo el
certificado de asistencia? Alguien recuerda haberlo visto haciendo cola en el
restaurante de la École.
A pesar de no serlo, en Lima,
sin embargo, Alan García se hace llamar “Doctor en Ciencias Políticas por la
Universidad Complutense de Madrid”. Figura así en un aviso del Instituto de
Gobierno y Gestión Pública de la Universidad San Martín de Porres, del que es
director gracias a la permisión (o la complicidad) del rector aprista de esta
universidad que le estaría pagando unos 50,000 soles mensuales por esa
actividad y figuración, según se dijo en algunos diarios.
Para quienes no lo saben, los
títulos y grados universitarios obtenidos en el extranjero adquieren validez en
el Perú: a) haciéndolos legalizar sucesivamente en los ministerios de Educación
y de Relaciones Exteriores de los países cuyos centros de formación los han
expedido, por el consulado peruano en esos países y por el Ministerio de
Relaciones Exteriores del Perú; y b) haciéndolos revalidar por la universidad
nacional autorizada del Perú, y registrar hasta ahora en la Asamblea Nacional
de Rectores y, en lo sucesivo, en la Superintendencia de Educación Superior
Universitaria.
¿Alan García ha hecho legalizar y revalidar el grado y el título que
dice haber conseguido en España y Francia?
Al parecer no. Y, entonces,
¿por qué es director del indicado instituto de la Universidad San Martín de
Porres, engañando a los estudiantes que, dicho sea de paso, pagan, y bastante?
¿Tienen validez los cursos que dicta Alan García sin tener una maestría o un
doctorado?
A algunos representantes al
Congreso les están haciendo problemas por haber declarado en sus hojas de vida
estudios secundarios y universitarios que no poseen. Alan García se va de
alivio. Cree tener corona en esto, como pretende tenerla también en la
investigación seguida por el Congreso de la República por los narcoindultos y
otras travesuras venables de su autoría, de proporciones dantescas.
Alan García podría ponerse a
derecho, exhibiendo ante el periodismo y la opinión pública los títulos y
grados que se atribuye. Pero no es probable que lo haga.
Despotrica contra la
Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria sin ton ni son.
Lo que se decantaría de este intríngulis de títulos presumiblemente apócrifos
sería que el susodicho personaje estuvo en Francia, pero Francia no estuvo en él.
Nunca se enteró de que el
sistema universitario francés es nacional y forma parte de una estructura
integral de educación y formación profesional y, como ocurre en los demás
países europeos, está centralmente dirigido, y es altamente eficiente.
¿Entonces por qué es director?
A DERECHO
Alan García podría ponerse a
derecho, exhibiendo ante el periodismo y la opinión pública los títulos y
grados que se atribuye. Pero no es probable que lo haga.
(1) Doctor bamba: persona que funge de doctor sin haber aprobado
los cursos obligatorios, ni elaborado ni sustentado una tesis doctoral.
Jorge Rendón VásquezColaborador
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