Fujimontesinistas no olvidan a Diego García Sayán |
A chicharrón de sebo, les debe haber caído a los miembros
de la Derecha Cavernaria peruana. El que Joselo García Belaúnde, gran ex
Canciller del Perú, haya calificado de excelente la candidatura de Diego García
Sayán a la muy importante Secretaria General de la OEA.
En entrevista
televisiva con Milagros Leiva transmitida en directo por Canal N, Joselo García
Belaúnde, desterró los epítetos contra el candidato por el Perú a la OEA y dijo
que tampoco llegan estos insultos, que Mirko Lauer, los califica provenientes
de traidores a la Patria.
García Belaúnde,
de quien nadie duda, hubiese sido igualmente un excelente candidato a la OEA,
dijo que en la Diplomacia Internacional, estas descalificaciones de la derecha
peruana, no llegan. Y que por el contrario podrían reforzar las posibilidades
de Diego García Sayán para alcanzar, tan alta investidura internacional, a la
que nunca ha llegado un peruano.
Por su parte, uno
de los más grandes intelectuales peruanos contemporáneos como es Mirko Lauer,
igualmente justifica en los desplantes de la derecha corrupta, hacia Diego
García Sayán, en que precisamente, no le
perdonan. Que durante su período como Ministro de Justicia, posibilitara los
juzgamientos a los más grandes corruptos y delincuentes de cuello blanco, que
recuerda la historia peruana, como Vladimiro Montesinos, Fujimori y otros.
Por considerarlos
de gran interés. GENTE TV, reproduce a continuación in extenso. El escrito de
Mirko Lauer, publicado en el matutino LA REPUBLICA, sobre las bondades de la
candidatura de Diego García Sayán a la Secretaría General de la OEA.
“GARCIA SAYAN…
La persistente mala leche de la extrema derecha contra Diego García Sayán tiene raíces que no son
tan remotas. Como ministro de Justicia del presidente Valentín Paniagua, en su breve gestión del año 2000 DGS les
abrió el camino a la cárcel a más de dos centenares de encumbrados mafiosos de
los años 90. Nunca antes visto, nunca visto después.
Ahora el canciller Gonzalo Gutiérrez ha heredado algo de
esa inquina, e insólitamente se le acusa de haber determinado la candidatura de
DGS a presidir la OEA, por encima de la del embajador José Antonio García
Belaunde. El papel de un canciller en estos asuntos no pasa de hacer
propuestas. Quien decide como presidente es Ollanta Humala.
Gutiérrez hizo dos propuestas en su momento. Una fue
García Belaunde, su cercano amigo y cuyo viceministro fue por largo tiempo, y
Humala la rechazó por la cercanía del ex canciller con Alan García. Su otra
propuesta fue el embajador Allan Wagner, quien declinó por motivos personales.
No sabemos si DGS fue propuesta de Gutiérrez, pero la designación, repetimos,
fue asunto de Humala.
Estamos hablando aquí de tres profesionales con sobradas
capacidades, y cada uno de ellos con fortalezas propias para tentar el cargo en
la OEA y ocuparlo. La opción DGS es tan buena como las otras dos. Su
izquierdismo, o más bien lo que en el mundo anglosajón se llamaría un liberal,
le da la mejor opción para captar votos de ese sector hoy numeroso en el
continente.
El objetivo de la
campaña de extrema derecha contra la candidatura de DGS parece ser
debilitarla con un argumento, que sin duda será esgrimido por los rivales en
las capitales de América, sobre problemas del candidato peruano en su propio
país. Es decir, una abierta traición a los intereses peruanos en el escenario
internacional.
De paso se trata de maletear al canciller sin argumento
alguno, deliberadamente obviando el mecanismo de designación de candidaturas en
estos casos. Extraña conducta, puesto que este es precisamente el diplomático
profesional que le venían reclamando a Humala en el puesto de canciller.
Propuesto a su vez por varios ilustres diplomáticos profesionales.
El prestigio de DGS en el escenario internacional aparece
a las claras en los cargos y encargos que ha ocupado y cumplido con probada eficiencia.
Tanto en el sistema de las Naciones Unidas, como en el propio sistema
interamericano. Son méritos que a lo largo de decenio y medio la calumnia no ha
podido neutralizar dentro o fuera del país.
En cuanto al veto a García Belaunde (segunda vez que
ocurre), esa es una obcecación política que le pertenece por entero a Humala.
No le pareció García Belaunde tan cercano a García cuando lo necesitó para
reforzar el equipo de La Haya. Pero hace tiempo que nadie se hace ilusiones
sobre la gratitud política de Humala."
GENTE TV
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