¿Lobista Cecilia Blume? |
Entre los primeros “cornejoleaks”, que han saltado a la
notoriedad está el que corresponde a una comunicación de Cecilia Blume dirigida
a Miguel Castilla, con copia Cornejo, reclamando la ampliación del período de
pesca para que las empresas puedan cumplir con sus cuotas. De inmediato se ha
advertido que la gordita escritora integra el directorio de una de las siete
hermanas de la Sociedad Nacional de Pesquería (Exalmar), junto con su querido
PPK, y que se ve muy mal que interceda ante ministros en función a intereses
privados.
Pero ella ha contestado de una sola vuelta, que sus
cartas no fueron contestadas, que la decisión de la ampliación de plazo lo
resolvió un informe de Imarpe, que con la no pesca no gana nadie y la anchoveta
se muere, y, para que no quepan dudas, que ella ganaría igual dieta si la
industria está pescando o está paralizada.
La Dra. Blume no es pues una lobista, ni cuando usa sus relaciones con
ministros, ni cuando muestra el punche como “experta” en los medios de
comunicación.
Algo, sin embargo, es evidente y es que si las grandes
pesqueras que gozan de cuota garantizada vía la ley Rey Rey del 2008, no han
extraído del mar lo que estaban autorizados a extraer es porque ha habido
escases del recurso, en medio de las dudas casi hamletianas que hay actualmente
acerca de si se nos viene un Fenómeno del Niño, para fin del año. No es que los
pescados se están quedando en el mar para morirse de viejos, sino que la cadena
nutritiva que tiene uno de sus escalones claves en la anchoveta está alterada.
Aumentando la presión sobre los pescaditos se van a afectar muchas otras
especies y vamos a sumar al actual año malo de la pesca, otro pésimo en el
2015.
Tómese en cuenta un segundo dato: la ampliación de la
temporada de pesca dispuesta en julio es la segunda de este año, y según el
informe de Imarpe hasta la fecha se ha podido extraer el 23% de la cuota global
autorizada de 430 mil toneladas métricas. Todo ello a pesar de las facilidades
otorgadas para pescar en las primeras diez millas, donde se debe proteger a la anchoveta juvenil y las especies
alimentarias, y del tamaño de las embarcaciones de la SNP, que deben haber
estado regresando con las enormes bodegas casi vacías. De lo que se trata pues
es de resolverle el problema a las empresas a costa de una existencia de
anchoveta mermada y con dificultades de reproducción.
Hay un detalle adicional: la carta de Blume, que dice que
fue escrita en condición de directora de una empresa pesquera, es decir se
trataría de una comunicación formal, que según añade es “normal” entre empresas
y políticos, sigue una extraña ruta, va dirigida al capo del MEF, el inamovible
ministro Castilla, que no tiene que ver con pesca, y le concede una modesta
copia al primer ministro de ese momento, más o menos como para que se vaya
enterando de lo que se está resolviendo con el del mechoncito. Pero lo más
curioso es que no hay copia para el ministro de la Producción, a quién
oficialmente tocaría llevar la propuesta ante el gabinete.
Ghezzi no existe para Blume, y cuántos ministros más
estarán pintados en la pared en las gestiones lobistas de las grandes empresas,
que saben a quién buscar porque tiene poder real, sirviéndose de exfuncionarios
públicos, con acceso a los medios, y
amplias relaciones personales con la tecnocracia del gobierno. Si Castilla se
ocupa de las temporadas de pesca, ¿de qué más no se ocupará? Y el celebrado
Ghezzi que parecía vivir su hora de gloria con la aprobación a fardo cerrado de
su plan de diversificación productiva, anunciada en el discurso presidencial de
28 de julio, ¿cómo queda realmente después del cornejoleaks? Como es evidente,
Piero Ghezzi no ha dicho una sola palabra sobre el tema.
LA BLUME
En la página web del Instituto de Gobierno y Gestión
Pública, de la Universidad San Martín de
Porres, el mismísimo donde Alan García enseña a gobernar con el único título de
su audacia, aparece un breve currículo de la profesora del postgrado, Cecilia
Blume Cilloniz. De ahí se pueden establecer algunas coordenadas para establecer
quién es esta mujer que algunos días parece del gobierno y otros de la
oposición, y que jamás, hasta ahora, había tenido que retroceder para asegurar
que sus opiniones y gestiones no se deben a que sean “las correctas”, como
pretenden tantos entrevistadores de la televisión y la radio.
Blume ha sido asesora del ministerio de Energía y Minas y
la PCM, en la época en que Alberto Pandolfi, ocupó el premierato y gerente legal del Organismo Regulador de la
Inversión en Energía (control de las empresas eléctricas). Ha sido directora de
empresas públicas en proceso de privatización; integrante del directorio de la
Conite (comisión de inversión y tecnología extranjera) que luego se integraría
en Proinversión donde se decide el destino de los bienes públicos. Todo esto
como funcionaria fujimorista y reputada integrante del grupo conocido como “las
chicas de Pandolfi” (Patricia Teullet, Verónica Zavala, Leonie Roca, Cayetana
Aljovín y otras).
En los 2000, Cecilia Blume volvió al Estado como
directora de Asesoría Jurídica y jefe de gabinete de asesores en el ministerio
de Economía y Finanzas, dos veces, y luego jefe de gabinete de Presidencia del
Consejo de Ministros, de la mano de su gran amigo, el lobista mayor, Pedro
Pable Kuczynski con el que comparte
asiento en el directorio de Exalmar.
En el sector privado, Blume es socia además de la empresa pesquera que le encargó
dirigirse a los ministros, de Ambiental Peruana (servicios ambientales),
Fiduperú (banca de inversión colombiana con sede en Perú), Leasihngperú y
Rentingperú del mismo grupo colombiano, a más de otras empresas por las que ha
ido pasando en diversas asesorías. Pero la clave de su papel actual no está en
otro lugar que CB Consult SAC, entidad de asesoría a empresas que constituye
con Carolina Castilla (hermana de quién suponen) que le otorga una cartera de
empresas clientes mineras, de comunicaciones, de transportes, finanzas y otros
servicios.
¿Quieren saber por qué la palabra de Blume pesa tanto?
Pregúntese por la hermana de Castilla que hasta donde se sabe tiene enorme
influencia sobre el ministro. Pero también se puede plantear la pregunta al
revés: ¿quién convenció a Humala, La Confiep y al grupo El Comercio de que el
hasta entonces poco visible viceministro podía ser la carta para garantizar que
el gobierno no saldría del modelo económico? Si me piden lo que creo, apostaría
que fue Blume. Si tuvo que convencer primero a Nadine (que se acordó que sus
hijas iban al mismo colegio con las de Castilla), o si fue Humala que se
deslumbró con una charla económica, parece secundario porque aquí lo que se necesitaba era un garante de
respeto en el sistema, que por casualidad era hermano menor de su socia
principal.
MÁS MAIL
La forma como el primer ministro pudo ser hackeado en su
correo aparentemente personal que era a través del cual se realizaban las
actividades de lobby, da cuenta de la debilidad el gobierno para protegerse de
diversos asedios, pero a la vez lo que está apareciendo se convierte en
documentos fundamentales para entender el actual proceso del poder. De las
primeras lecturas se ve no sólo a Blume sino a Elena Conterno, la exministra y
actual presidente de la Sociedad de Pesquería; a los ministros Mayorga y Pulgar
Vial discutiendo sobre el interés del primero de poner a las petroleras a
“capacitar” a los técnicos del ministerio de Ambiente y los reparos del otro
sobre que eso se ve mal. Y prepárense porque también vienen las trampas del
ministro Cornejo y más.
Publicado en
Hildebrandt en sus Trece
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