¿EL PODER DE LA DERECHA? |
Una lectura de la realidad
peruana: El gobierno de Humala ha ido de tumbo en tumbo y de concesión en
concesión a las derechas.
Entró por la izquierda y Ollantá
fue capturado por la derecha.
Se promete un programa y después
lo cambia por otro, y aquí nadie dice nada y aquí no pasa nada. Engañar no está
penalizado en el Perú.
José.
Sinesio López Jiménez
Doctor en Sociología por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM), con estudios completos de doctorado en U. De París. Profesor principal de la
Facultad de Ciencias sociales de la
PUCP y de la Facultad de Ciencias
Sociales de la UNMSM.
Obtenido el voto de confianza,
el gobierno de Humala paradójicamente sale más débil y las oposiciones
parlamentarias salen más fortalecidas.
Los ministros, especialmente los más
cuestionados, van a ser seguramente interpelados y censurados. Los proyectos de
ley que remita el Ejecutivo al Congreso van a ser demorados cuando no desatendidos.
Los vetos débiles del Presidente van a ser desoídos. Añadido a todo esto, un
alto nivel de desaprobación ciudadana del Presidente acentúa su debilidad del gobierno.
Un
gobierno débil se vuelve lento y pesado no solo en las decisiones de la cúpula,
sino también en los aparatos administrativos.
El gobierno de Humala ha ido
de tumbo en tumbo y de concesión en concesión a las derechas desde sus inicios
hasta perder su identidad y el rumbo. Con presiones, amenazas y periodicazos,
los poderes fácticos y los medios de derecha han conducido al gobierno por
donde han querido.
Pese a que el gobierno les ha dado todas las gollerías y
ventajas, ellos se han mostrado insaciables y han exigido y exigen más.
La falla del gobierno de
Humala es no solo haberse sometido dócilmente a la voracidad de las derechas
económicas, políticas y mediáticas, sino también el haber tenido un mal manejo
de los recursos del poder que dispone. Para aludir solo a los últimos tropiezos
que lo han llevado a perder la mayoría parlamentaria, son evidentes los errores
cometidos por la pareja presidencial: imposición de la Presidenta del Congreso,
pese a los altos costos políticos que eso implicaba; mal manejo de las
tensiones de Gana Perú por parte de la pareja presidencial que acabó en un
nuevo fraccionamiento del nacionalismo; mantención terca de ministros
fundadamente cuestionados y de propuestas rechazadas por la mayoría de los
ciudadanos (las AFP para los independientes).
La imposición del paquetazo
para recuperar la confianza de los empresarios al costo de perder la confianza
de los ciudadanos y las tímidas y tardías medidas para reactivar la economía
desde la demanda ha contribuido también a la debilidad del gobierno.
Grandes
concesiones a las presiones de las derechas, graves errores evitables de la
pareja presidencial en el manejo de Gana Perú, de la coalición de gobierno y de
la mayoría parlamentaria, y la desaceleración económica han producido un
gobierno débil puesto contra las cuerdas.
A todo esto hay que añadir los
problemas que se derivan de un deficiente diseño institucional que agravan la
debilidad del gobierno. La incrustación de reglas de juego del
semipresidencialismo (voto de confianza al gabinete designado por el Presidente
de la República y capacidad presidencial para disolver al Congreso y convocar a
nuevas elecciones legislativas si este no lo aprueba por dos veces
consecutivas) en el presidencialismo enturbia las relaciones entre los poderes
del Estado y dificulta la gobernabilidad. A diferencia del presidencialismo
norteamericano, el veto del Ejecutivo no es suspensivo (efectivo) sino débil.
Si el Congreso insiste, el veto presidencial se diluye.
Lo más grave de todo este
zafarrancho es que un gobierno débil, puesto contra las cuerdas, puede hacer
cualquier cosa para salir de ellas.
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