jueves, 28 de agosto de 2014

GOBIERNO DÉBIL

¿EL PODER DE LA DERECHA?
Una lectura de la realidad peruana: El gobierno de Humala ha ido de tumbo en tumbo y de concesión en concesión a las derechas.
Entró por la izquierda y Ollantá fue capturado por la derecha.
Se promete un programa y después lo cambia por otro, y aquí nadie dice nada y aquí no pasa nada. Engañar no está penalizado en el Perú.
José.
Sinesio López Jiménez
Doctor en Sociología  por la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos  (UNMSM), con estudios completos de doctorado en  U. De París. Profesor principal de la Facultad de Ciencias sociales de la  PUCP  y de la Facultad de Ciencias Sociales de la  UNMSM.
Obtenido el voto de confianza, el gobierno de Humala paradójicamente sale más débil y las oposiciones parlamentarias salen más fortalecidas.
Los ministros, especialmente los más cuestionados, van a ser seguramente interpelados y censurados. Los proyectos de ley que remita el Ejecutivo al Congreso van a ser demorados cuando no desatendidos.
Los vetos débiles del Presidente van a ser desoídos. Añadido a todo esto, un alto nivel de desaprobación ciudadana del Presidente  acentúa su debilidad del gobierno.
Un gobierno débil se vuelve lento y pesado no solo en las decisiones de la cúpula, sino también en los aparatos administrativos.
El gobierno de Humala ha ido de tumbo en tumbo y de concesión en concesión a las derechas desde sus inicios hasta perder su identidad y el rumbo. Con presiones, amenazas y periodicazos, los poderes fácticos y los medios de derecha han conducido al gobierno por donde han querido.
Pese a que el gobierno les ha dado todas las gollerías y ventajas, ellos se han mostrado insaciables y han exigido y exigen más.
La falla del gobierno de Humala es no solo haberse sometido dócilmente a la voracidad de las derechas económicas, políticas y mediáticas, sino también el haber tenido un mal manejo de los recursos del poder que dispone. Para aludir solo a los últimos tropiezos que lo han llevado a perder la mayoría parlamentaria, son evidentes los errores cometidos por la pareja presidencial: imposición de la Presidenta del Congreso, pese a los altos costos políticos que eso implicaba; mal manejo de las tensiones de Gana Perú por parte de la pareja presidencial que acabó en un nuevo fraccionamiento del nacionalismo; mantención terca de ministros fundadamente cuestionados y de propuestas rechazadas por la mayoría de los ciudadanos (las AFP para los independientes).
La imposición del paquetazo para recuperar la confianza de los empresarios al costo de perder la confianza de los ciudadanos y las tímidas y tardías medidas para reactivar la economía desde la demanda ha contribuido también a la debilidad del gobierno.
Grandes concesiones a las presiones de las derechas, graves errores evitables de la pareja presidencial en el manejo de Gana Perú, de la coalición de gobierno y de la mayoría parlamentaria, y la desaceleración económica han producido un gobierno débil puesto contra las cuerdas.
A todo esto hay que añadir los problemas que se derivan de un deficiente diseño institucional que agravan la debilidad del gobierno. La incrustación de reglas de juego del semipresidencialismo (voto de confianza al gabinete designado por el Presidente de la República y capacidad presidencial para disolver al Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas si este no lo aprueba por dos veces consecutivas) en el presidencialismo enturbia las relaciones entre los poderes del Estado y dificulta la gobernabilidad. A diferencia del presidencialismo norteamericano, el veto del Ejecutivo no es suspensivo (efectivo) sino débil. Si el Congreso insiste, el veto presidencial se diluye.
Lo más grave de todo este zafarrancho es que un gobierno débil, puesto contra las cuerdas, puede hacer cualquier cosa para salir de ellas.

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