En la mañana de ayer asistí a una entrevista en Radio Nacional, con los
periodistas Alberto Ku King y Augusto Vásquez, y el exsecretario general de
Transparencia Percy Medina. Lo que nos planteábamos era qua iba a pasar en las
siguientes horas con el gabinete Jara. La idea general era que no podía
mantenerse por mucho tiempo el actual entrampamiento, y las opciones que podía
tener el gobierno de jalarse los votos que le faltaban.
Aplicando la lógica política más estricta, Medina
anticipaba que la jornada se iniciaría con alguna oferta del gobierno a través
de la ministra, sobre asuntos que podían considerarse una plataforma mínima
para que algunos abstencionistas cambien su voto, por ejemplo la permanencia de
algunos ministros cuestionados, el tema del aporte de los independientes a las
AFP o la huelga médica. En otras palabras no se podía llegar para pedir
confianza en los mismos términos en que se intervino el jueves.
Pero –a pesar de lo razonable de la posición-, mi opinión
fue que si eso ocurría estaríamos ante otro gobierno y que hasta donde podía
ver, Solórzano volvería a llamar a votación sin tener nada nuevo sobre la mesa.
La intervención de Humala reconociendo que el Congreso había ejercido un
derecho pero que ahora debía responder al interés nacional, daba una pista en
el sentido de que como siempre, el comandante presidente insistiría en no
retroceder en sus decisiones, con lo que el margen de negociación de sus
partidarios queda reducido a su mínima expresión. Es el Humala de Conga va, que
trajo la primera gran crisis del gobierno y el que solía decirle a sus examigos
y excompañeros que no aceptaba presiones de nadie.
El actual impasse tiene que ver con las presiones de
quiénes construyen las políticas de gobierno. Pero los manejos de los
operadores influyentes no están a la vista (hasta que aparecieron los
cornejoleaks) y en todo caso nuestro
presidente ya se acostumbró a ser samaqueado por las representaciones
empresariales y los grandes medios. Ayer mismo el gobierno recibió el espaldarazo
de la CONFIEP y algunos de los lobistas de mayor copete en el país: PPK,
Beatriz Merino, Pérez de Cuéllar. Para ellos, lo que está haciendo la oposición
de derecha es jugar a la incertidumbre política, lo que agravaría la
inestabilidad y la retracción de inversiones.
Dígase lo que se diga el argumento catastrofista ya está
agotado. Si Humala se cierra en eso de la gobernabilidad, la responsabilidad y
otros conceptos abstractos va a seguir perdiendo, hasta que la oposición se
reagrupe para votar en contra. ¿Puede el presidente armar alguna alianza hacia
la izquierda (FA_AP, Dignidad y Democracia), o hacia la derecha (el fujimorismo
reclama la cabeza de Diego García Sayán)? Ese es el problema de Humala que
asume la política como los mandatos del cuartel. Si no entiende en donde está
metido, Humala va tener una seria derrota, que la pagará Ana Jara.
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario