De acuerdo a la resolución
legislativa 30302 aprobada el pasado 29
de enero del 2015, el próximo primero de
setiembre estará llegando a costas peruanas el tercer y más grande contingente
de tropa militar norte americana al Perú compuesto por una flota naval y sus 3,200 tripulantes.
El primer y segundo
contingente, aunque menores en número ya se encuentra operando en territorio
nacional desde febrero del presente año y
estarán hasta febrero del 2016, coincidentemente todo un año crucial de
campaña electoral que vive el país, periodo en que los millones de peruanos
elegirán al nuevo presidente de la república.
En elecciones pasadas (2006), se conoció precisamente el accionar activo
que tuvo la embajada norte americana en el proceso electoral del Perú, donde ciertos candidatos afines a los
intereses de Estados Unidos complotaban contra un tercero, informaciones que se conocieron gracias a los Wikileaks,
esta mala experiencia ha motivo a que un
sector de la población no vea con buenos ojos la tarea que vienen a cumplir
dichos contingentes militares al país, pese a que las autoridades peruanas
hayan salido a explicar diciendo que vienen a entrenar a los militares peruanos.
Respecto al tercer contingente
que estará desembarcando este primero de setiembre en el puerto del
Callao, que permanecerá por seis días en
calidad de visita, está flota se compone
por el portaviones USS George Washington, además de:
- Portaviones:
2 Sea Sparrow MK 57,
2 Ram Rim- 116,
3 Phalanx CIWS
- Sistema electrónico:
1 SLQ-32(V)4, 1 NIXIE SLQ-25°,
1 radar de búsqueda aérea
AN/SPS-48E 3-D,
1 radar de búsqueda aérea
AN/SPQ-9B,
1 radar de adquisición de
objetivos AN/SPQ-9B ,
2 radares de control de
tráfico aéreo AN/SPN-43C,
1 radar de ayuda de aterrizaje
AN/SPN-41,
4 sistemas de guiado MK 91
NSSM, 4 radares MK 95
- Aeronaves embarcadas:
90 aviones y helicópteros.
Sobre cuál sería el objetivo de esta misión, recogemos la explicación
que Ricardo Soberón (*) hizo a
LaMula.pe,
“Es la reacción geo
estratégica del Comando Sur y del Departamento de Defensa de EE.UU, para retomar
la iniciativa en América del Sur e implementar una presencia político militar
más visible en los Andes y el Pacífico Occidental, siempre teniendo en cuenta
las acciones abiertas y encubiertas que desarrolla en Venezuela y en otros
países que se distancian de Washington, en una serie de aspectos económicos,
políticos y diplomáticos (Bolivia, Ecuador, Argentina). Así por ejemplo, en el
mes de septiembre se estacionará por 6 días el portaviones US$ George
Washington, que cuenta con 90 aviones y una tripulación de 3,200 hombres y
sofisticado armamento de defensa y de ataque. Mientras que para nuestra Marina
significa una visita de cortesía de una gran unidad de guerra, la cercana
presencia de este inmenso buque en aguas sudamericanas tiene directa relación
con las facultades que tienen para -llegado el caso- intervenir militarmente de
forma autónoma, en una serie de escenarios de convulsión socio política: golpes
militares, intervenciones puntuales, amenazas, etc. En este sentido, cumplimos
un papel dudoso y dudable frente al hecho que la región debe ser una zona de
paz y nuestra diplomacia se funda en el principio de no intervención y respeto
a la soberanía”.
(*) Ricardo Soberón. Abogado, experto en
políticas públicas sobre drogas y seguridad. Director del Centro de
Investigación Drogas y Derechos Humanos (www.ciddh.com) y ex presidente
ejecutivo de Devida (2011).
No hay comentarios:
Publicar un comentario