Pagos panameños
Los sobornos viajan con
escalas
RICARDO MARTINELLI Y LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA |
El entonces presidente de
Panamá, Ricardo Martinelli, y el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da
Silva, en la inauguración de la Cinta Costera. (Foto: La Prensa)
Por Romina Mella y Gustavo
Gorriti
Publicado conjuntamente con la
revista Caretas.
La contabilidad tiene muchos
méritos, pero el sex appeal no es uno de ellos.
Claro que hay entradas y
salidas, pero no las que uno pudiera pensar. Y la historia de la literatura no
registra caso en el que un libro mayor se haya convertido en un best seller, y
menos de suspenso.
Así y todo, la pericia
contable es la clave para desentrañar y resolver algunos de los crímenes más
complejos a través de sus resultados: el botín; o el crimen mismo, cuando se
trata del lavado de dinero.
En contra de lo que el nombre
sugiere, el lavado de dinero es un delito cuya sofisticación y complejidad se
multiplicó en las últimas décadas hasta el punto de superar, por buen tiempo,
los mejores esfuerzos por combatirlo.
Así como, en estos tiempos de
periodismo de datos, un buen hacker es a veces el mejor amigo de un periodista
de investigación; en el otro lado de la fuerza (o, más bien, de la ética), un
buen lavador de dinero es el aliado indispensable de casi todo corrupto,
especialmente de uno de alto nivel.
Por eso, el conocimiento de
las técnicas y modalidades de lavado de dinero es indispensable en todos los
casos grandes de corrupción. Y en el caso Lava Jato, la mayor investigación
sobre corrupción en la historia de Brasil y, muy probablemente, de
Latinoamérica, no resulta coincidencia que el juez del caso, Sergio Moro, sea
un experto, autor de un libro de referencia sobre el tema.
A esta altura de la
investigación, luego de formulada la denuncia fiscal contra Odebrecht, el 24 de
julio pasado, una parte importante de la batalla procesal se libra en torno a
lo que a primera vista pareciera un objetivo insignificante: una empresa
panameña de gaveta con un nombre demasiado grande para su realidad:
Constructora Internacional del Sur.
Como se recordará, varios
delatores premiados en el caso afirmaron haber recibido coimas de Odebrecht a
través de esa compañía. Odebrecht, por lo contrario, sostuvo enfáticamente que
no tenía nada que ver con la Constructora Internacional del Sur y que nunca
había hecho pago alguno de la corporación a través de ella.
La semana pasada [Caretas 2398
e IDL-Reporteros], vimos cómo la acusación fiscal había logrado establecer que
Odebrecht realizó pagos a través de sus propias compañías y offshores, que
pasaron a través de Constructora Internacional del Sur, para terminar en
cuentas de algunos de los funcionarios corruptos de Petrobras que luego se
convirtieron en delatores premiados.
Eso describió apenas una
pequeña parte del papel inusitadamente revelador que jugó Constructora
Internacional del Sur en el esquema de lavado de dinero y donde hay apariciones
y revelaciones sorprendentes.
La historia de esta semana
lleva a Panamá. La Fenicia de América Latina es siempre un destino interesante
para cualquier investigador.
La Constructora Internacional
del Sur fue creada mediante una escritura notarial el 11 de octubre de 2006, en
Panamá, con un modesto capital de 10 mil dólares y la típica estructura de una
offshore. Menos típica fue la elección de su Agente Residente, el PMC
International Legal Services.
Constitución de la offshore
panameña Constructora Internacional del Sur.
Uno de los miembros más
notorios de esa firma que entre otras cosas presta servicios de due diligence,
es Ernesto Chong Coronado, un corredor de autos vinculado con un colombiano
bastante más notorio que él: David Murcia.
A Murcia se lo llamó en
Colombia el capo de las pirámides financieras, una especie de faraón del
esquema Ponzi, que, cuando el suelo colombiano se puso muy caliente, mudó
operaciones a Panamá, donde eventualmente entró en relación con Chong Coronado.
PMC fue una de las dos firmas que constituyeron, según reportó La Prensa de
Panamá, más de 200 sociedades anónimas vinculadas con la arquitectura piramidal
de Murcia.
Al final, Chong y Murcia
terminaron peleados cuando este acusó a aquel de haberse quedado con algunos de
sus bienes más apreciados, entre los cuales sus diamantes, un Ferrari y un
Lamborghini (que increíblemente fue pintado con los colores de la Policía
panameña, convirtiéndose así quizá en el patrullero más caro del mundo).
Ernesto Chong Coronado. (Foto: Cortesía
Caretas)
A pesar de las tribulaciones
de su agente residente, Constructora Internacional del Sur se mantuvo en
funciones. El 21 de julio de 2009, sin embargo, tuvo un cambio fundamental en
su estructura.
Ese día compareció ante el
notario Cecilio Moreno Arosemena, el representante del nuevo Agente Residente
de Constructora Internacional del Sur. Se trataba de Francisco Martinelli,
primo dilecto del entonces flamante presidente de Panamá (había asumido el
primero de julio), Ricardo Martinelli.
Francisco Martinelli era
miembro del estudio de abogados Patton, Moreno & Asvat, que se convirtió en
el nuevo Agente Residente de Constructora Internacional del Sur.
El cambio de Agente Residente
energizó considerablemente a la compañía, pero no como constructora, pues hasta
donde se sabe nunca puso un ladrillo sobre otro, sino como intermediaria de
transacciones bancarias en busca del sigilo y anonimato.
Francisco y Ricardo . (Foto: La Prensa)Martinelli
En un período relativamente
corto, sobre todo entre la segunda mitad del 2009 y el 2010, Constructora
Internacional del Sur recibió en su cuenta panameña más de 47 millones de
dólares de dos compañías offshore que, según la fiscalía brasileña, pertenecen
a Odebrecht: Smith & Nash Engineering Company Inc.; y Golac Projects and
Construction Corp.
A la vez, Constructora
Internacional del Sur depositó más de tres millones de dólares en las cuentas
europeas de offshores panameñas, cuyos beneficiarios eran los corruptos
funcionarios de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque.
Tanto Costa como Barusco recibieron algo más de un millón de dólares cada uno;
y Barusco 875 mil dólares.
¿Cómo podrá justificar ahora
Odebrecht su enfática afirmación previa de no haber tenido ninguna vinculación
con Constructora Internacional del Sur? ¿Reconociendo que quizá se realizaron
las transferencias para el pago de sobornos, pero sin el conocimiento de los
estamentos altos de la compañía? Eso parece problemático, no solo porque
requerirá gente dispuesta a asumir toda la responsabilidad, como por el nivel
de conocimiento preciso sobre transacciones y beneficiarios, como veremos la
próxima semana.
En las sociedades offshore
panameñas es usual que los directivo (o “dignatarios”) de la compañía sean
empleados del estudio de abogados, o del beneficiario de la offshore, que
reciben un pago generalmente modesto, por prestar su nombre.
Francisco, ‘Frankie’
Martinelli, el primo del ahora ex presidente panameño Ricardo Martinelli, que
actuó en representación de los agentes residentes de Constructora del Sur, tuvo
la suerte de ser el empleador de Rodny [sic] Soto Núñez, chofer de aquel, que
cobró nada menos que 2.3 millones de dólares por una sigilosa consultoría para
una empresa subcontratista del Metro de Panamá, que construye Odebrecht.
André Rabello, representante
de Odebrecht en Panamá, junto a Ricardo Martinelli. (Foto: La Prensa)
Rodny Soto recibió el dinero
de la compañía Sofratesa, contratista del consorcio liderado por Odebrecht; y
lo recibió a través de una sociedad anónima – Sarda Management S.A.– en la que
desempeñaba funciones de “dignatario”. El contrato con Sofratesa por el que fue
tan notablemente compensado, significaba “ofrecer servicios secretariales y conocimientos
del mercado panameño y las relaciones comerciales que posee en el mismo”, de
acuerdo con la investigación que hizo La Prensa al respecto. El hecho es que
los 2.3 millones de dólares no parecen haber cambiado mucho la vida de Rodny
Soto, pues cuando La Prensa, de Panamá, lo buscó para entrevistarlo, lo
encontró en su nuevo trabajo, manejando un transporte pesado. “Ojalá tuviera yo
ese dinero” le dijo al periodista.
Es que, como hubiera podido
explicarlo ‘Frankie’ Martinelli y varios otros como él, parte del equívoco
encanto de las offshore es que el que cobra no sea necesariamente el que
recibe.
Luego de su febril actividad
en la banca sigilosa, la Constructora Internacional del Sur fue disuelta el 15
de agosto de 2014, cuando la investigación del caso Lava Jato agarraba cuerpo y
velocidad. Pocos días después Paulo Roberto Costa llegó al acuerdo de ‘delación
premiada’.
El acta de disolución empezó
con la declaración del ‘Presidente’ de la Constructora en el sentido de que el
objeto de la reunión era disolver la sociedad, “en vista de que sus objetivos
habían sido realizados”.
Rodny Soto recibió el dinero
de la compañía Sofratesa, contratista del consorcio liderado por Odebrecht; y
lo recibió a través de una sociedad anónima – Sarda Management S.A.– en la que
desempeñaba funciones de “dignatario”. El contrato con Sofratesa por el que fue
tan notablemente compensado, significaba “ofrecer servicios secretariales y
conocimientos del mercado panameño y las relaciones comerciales que posee en el
mismo”, de acuerdo con la investigación que hizo La Prensa al respecto. El
hecho es que los 2.3 millones de dólares no parecen haber cambiado mucho la
vida de Rodny Soto, pues cuando La Prensa, de Panamá, lo buscó para
entrevistarlo, lo encontró en su nuevo trabajo, manejando un transporte pesado.
“Ojalá tuviera yo ese dinero” le dijo al periodista.
Es que, como hubiera podido
explicarlo ‘Frankie’ Martinelli y varios otros como él, parte del equívoco
encanto de las offshore es que el que cobra no sea necesariamente el que
recibe.
Luego de su febril actividad
en la banca sigilosa, la Constructora Internacional del Sur fue disuelta el 15
de agosto de 2014, cuando la investigación del caso Lava Jato agarraba cuerpo y
velocidad. Pocos días después Paulo Roberto Costa llegó al acuerdo de ‘delación
premiada’.
El acta de disolución empezó
con la declaración del ‘Presidente’ de la Constructora en el sentido de que el
objeto de la reunión era disolver la sociedad, “en vista de que sus objetivos
habían sido realizados”.
Sobre eso no hubo ninguna
duda.
Publicado el Jueves 13 de
agosto, 2015 a las 7:23
________________________________________
Caso Lava Jato
Cómo Odebrecht lavó sobornos
Según la acusación del
Ministerio Público Federal de Brasil
Por Romina Mella y Gustavo
Gorriti
La presente entrega de esta
investigación se ha realizado a través de la colaboración de IDL-Reporteros y
Caretas en el Perú, con La Prensa en Panamá.
Rolando Rodríguez y Yolanda
Sandoval, de La Prensa; Romina Mella y Gustavo Gorriti, de IDL-Reporteros y
Caretas, analizaron la información aportada en conjunto y corroboraron las
notas escritas para cada publicación.
Este es el link a la
publicación aparecida en La Prensa, de Panamá:
Esta nota aparece
simultáneamente en IDL-Reporteros y la edición digital de Caretas.
En contra de la simpleza de
tintorería que el nombre sugiere, el lavado de dinero es un delito cuya
sofisticación y complejidad se multiplicó en las últimas décadas hasta el punto
de superar, por buen tiempo, los mejores esfuerzos por combatirlo.
Así como, en estos tiempos de
periodismo de datos, un buen hacker es a veces el mejor amigo de un periodista
de investigación; en el otro lado de la fuerza (o, más bien, de la ética), un
buen lavador de dinero es el aliado indispensable de casi todo corrupto,
especialmente de uno de alto nivel.
Por eso, el conocimiento de
las técnicas y modalidades de lavado de dinero es indispensable en todos los
casos grandes de corrupción. Y en el caso Lava Jato, la mayor investigación
sobre corrupción en la historia de Brasil y, muy probablemente, de
Latinoamérica, no resulta coincidencia que el juez del caso, Sergio Moro, sea
un experto, autor de un libro de referencia sobre el tema.
Libro ‘Crime de lavagem de dinheiro’, de
Sergio Moro. (Fotocomposición: Agencia Brasil / IDL-Reporteros)
Los tres niveles de lavado
A la vez, la acusación fiscal
de la Fuerza de Tarea Lava Jato del Ministerio Público de Brasil contra
Odebrecht puede leerse, en sus 205 páginas de evidencias cuidadosamente
organizadas, como un texto investigativo sobre cómo descubrir y descifrar un
sistema de sobornos diseñado para ser virtualmente indetectable gracias a un
elaborado mecanismo de lavado de dinero.
El desafiante objetivo que
enfrentaron los fiscales de la Fuerza de Tarea Lava Jato fue revelar cómo
Odebrecht sobornó ocultamente durante varios años a tres ejecutivos principales
de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque.
Para ser eficaz, el soborno
debía buscar ser indetectable y sobre todo indemostrable. La forma de hacerlo
en el caso Odebrecht, tal como descubrieron los investigadores federales brasileños,
fue a través de un sistema de lavado internacional de dinero, que comprendía
varias capas o niveles.
– La primera capa (o ‘camada’,
según el término en portugués que utilizaron los fiscales brasileños), fue la
“utilización de cuentas bancarias […] de la Constructora Norberto Odebrecht
S.A. […] y de otras empresas de su grupo empresarial”. “Dentro de esas cuentas”
estuvieron las creadas en el Banco PKB Privatbank AG, de Suiza, a nombre de
varias offshores cuya beneficiaria económica en casi todos los casos era la
Constructora Norberto Odebrecht. Algunas de esas offshores son la Smith & Nash Engineering Company
INC; Golac Projects, Arcadex Corp…
– La segunda capa fue la
utilización de ‘cuentas vinculadas’, creadas también a nombre de offshores,
como por ejemplo el caso de Constructora Internacional del Sur, de Panamá (que
veremos en detalle más abajo).
– En la tercera capa se
encontraban las cuentas “cuyos beneficiarios económicos son los agentes
corrompidos de Petrobras, Paulo Roberto [Costa], Renato Duque y Pedro Barusco”.
Los tres utilizaron cuentas offshore que, en varios casos, fueron residenciadas
en Panamá, pero con cuentas bancarias en Suiza o Mónaco.
La forma en la que estos tres
niveles interactuaban era cualquier cosa menos simple, como lo demuestra la
lectura cuidadosa de la infografía publicada en la portada.
Las flechas ilustran la ruta
de los diversos montos, casi todos millonarios, que pasaron de las compañías de
Odebrecht a sus offshores y de ahí a las ‘vinculadas’, antes de llegar a las
que pertenecían a los funcionarios corruptos.
Los fiscales pudieron
determinar con precisión (y aportan la prueba en la acusación), que Odebrecht
es beneficiario (o dueño final) de las offshores del primer nivel de lavado; y
que Costa, Barusco y Duque son los beneficiarios de las offshores del tercer
nivel de lavado.
La autoría y responsabilidad
por este esquema quedó adicionalmente clara cuando los fiscales de la Fuerza de
Tarea revelaron la participación operativa de funcionarios de Odebrecht en cada
uno de los tres niveles, en especial de Bernardo Freiburghaus, el doleiro
(operador y traficante financiero) principal de Odebrecht, hoy refugiado en
Suiza gracias a su doble nacionalidad. La prueba es muy precisa, sin duda fruto
de la colaboración de las autoridades suizas y monegascas.
¿Cuál es la historia de las
‘cuentas vinculadas’, que no pertenecen ni a Odebrecht ni a los sobornados,
pero que fueron la principal vía de ocultamiento entre unos y otros?
El caso de la panameña
Constructora del Sur resulta no solo sorprendente sino, sobre todo, revelador.
Ricardo Martinelli, Lula da
Silva y André Rabello de Odebrecht, en inauguración de la Cinta Costera dos.
(Foto: La Prensa)
Constructora que no construye
Como se recordará, varios
delatores premiados en el caso afirmaron haber recibido coimas de Odebrecht a
través de la Constructora Internacional del Sur. Odebrecht, a su vez, sostuvo
enfáticamente que no tenía nada que ver con la Constructora Internacional del
Sur y que nunca había hecho pago alguno de la corporación a través de ella.
La semana pasada [Caretas 2398
e IDL-Reporteros], vimos cómo la acusación fiscal había logrado establecer que
Odebrecht realizó pagos a través de sus propias compañías y offshores, que
pasaron a través de Constructora Internacional del Sur, para terminar en las
cuentas de algunos de los funcionarios corruptos de Petrobras que luego se
convirtieron en delatores premiados.
La Constructora Internacional
del Sur fue creada mediante una escritura notarial el 11 de octubre de 2006, en
Panamá, con un modesto capital de 10 mil dólares y la típica estructura de una
offshore. Menos típica fue la elección de su Agente Residente, el PMC
International Legal Services.
Uno de los miembros más notorios
de esa firma que entre otras cosas presta servicios de due diligence, es
Ernesto Chong Coronado, un corredor de autos vinculado con un colombiano
bastante más notorio que él: David Murcia.
A Murcia se lo consideró en
Colombia el capo de las pirámides financieras, una especie de faraón del
esquema Ponzi, que, cuando el suelo colombiano se puso muy caliente, mudó
operaciones a Panamá, donde tuvo relación con Chong Coronado. PMC fue una de
las dos firmas que constituyeron, según reportó La Prensa de Panamá, más de 200
sociedades anónimas vinculadas con la arquitectura piramidal de Murcia.
Al final, Chong y Murcia
terminaron peleados cuando este acusó a aquel de haberse quedado con algunos de
sus bienes más preciados, entre los cuales sus diamantes, un Ferrari y un
Lamborghini (que increíblemente fue pintado por las autoridades con los colores
de la Policía panameña, convirtiéndose así quizá en el patrullero más caro del
mundo).
El 21 de julio de 2009
Constructora Internacional del Sur tuvo un cambio fundamental en su estructura.
Ese día compareció ante el
notario Cecilio Moreno Arosemena, el representante del nuevo Agente Residente
de Constructora Internacional del Sur. Se trataba de Francisco Martinelli,
primo dilecto del entonces flamante presidente de Panamá (había asumido el
primero de julio), Ricardo Martinelli.
Francisco Martinelli era
miembro del estudio de abogados Patton, Moreno & Asvat, que se convirtió en
el nuevo Agente Residente de Constructora Internacional del Sur.
El cambio de Agente Residente
energizó considerablemente a la compañía, pero no como constructora, pues hasta
donde se sabe nunca puso un ladrillo sobre otro, sino como intermediaria de
transacciones bancarias en busca del sigilo y anonimato.
En un período relativamente
corto, sobre todo entre la segunda mitad del 2009 y el 2010, Constructora
Internacional del Sur recibió en su cuenta panameña más de 47 millones de
dólares de dos compañías offshore que, según comprobó la fiscalía brasileña,
pertenecen a Odebrecht: Smith & Nash Engineering Company Inc.; y Golac
Projects and Construction Corp.
A la vez, Constructora
Internacional del Sur depositó más de tres millones de dólares en las cuentas
europeas de offshores panameñas, cuyos beneficiarios eran los corruptos
funcionarios de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque.
Tanto Costa como Barusco recibieron algo más de un millón de dólares cada uno;
y Barusco 875 mil dólares.
¿Cómo podrá justificar ahora
Odebrecht su enfática afirmación previa de no haber tenido ninguna vinculación
con Constructora Internacional del Sur? Esa es solo una de las dificultades que
su modificado equipo de abogados deberá enfrentar.
En las sociedades offshore
panameñas es usual que los directivo (o “dignatarios”) de la compañía sean empleados
del estudio de abogados, o del beneficiario de la offshore, que reciben un pago
generalmente modesto, por prestar su nombre.
Francisco, ‘Frankie’
Martinelli, el primo del ahora ex presidente panameño Ricardo Martinelli, que
actuó en representación de los agentes residentes de Constructora del Sur, tuvo
la suerte de ser el empleador de Rodny [sic] Soto Núñez, chofer de aquel, que
cobró, por lo menos en papeles, nada menos que 2.3 millones de dólares por una
sigilosa consultoría para una empresa subcontratista del Metro de Panamá, que
construye Odebrecht.
Rodny Soto recibió el dinero
de la compañía Sofratesa, contratista del consorcio liderado por Odebrecht; y
lo recibió a través de una sociedad anónima – Sarda Management S.A.– en la que
desempeñaba funciones de “dignatario”. El contrato con Sofratesa por el que fue
tan notablemente compensado, significaba “ofrecer servicios secretariales y
conocimientos del mercado panameño y las relaciones comerciales que posee en el
mismo”, de acuerdo con la investigación que hizo La Prensa al respecto. El
hecho es que los 2.3 millones de dólares no parecen haber cambiado mucho la
vida de Rodny Soto, pues cuando La Prensa, de Panamá, lo buscó para
entrevistarlo, lo encontró en su nuevo trabajo, manejando un transporte pesado.
“Ojalá tuviera yo ese dinero” le dijo al periodista.
Es que, como hubiera podido
explicarlo ‘Frankie’ Martinelli y varios otros como él, parte del equívoco
encanto de las offshore es que el que cobra no es necesariamente el que recibe.
Luego de su febril actividad
en la banca sigilosa, la Constructora Internacional del Sur fue disuelta el 15
de agosto de 2014, cuando la investigación del caso Lava Jato agarraba cuerpo y
velocidad. Pocos días después Paulo Roberto Costa llegó al acuerdo de ‘delación
premiada’.
El acta de disolución empezó
con la declaración del ‘Presidente’ de la Constructora en el sentido de que el
objeto de la reunión era disolver la sociedad, “en vista de que sus objetivos
habían sido realizados”.
Sobre
eso no hubo ninguna duda.
FUENTE IDL REPORTEROS
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