FRENTE PATRIOTICO
El tema Nadine, o mejor dicho
el protagonismo de la primera dama, será permanente durante este gobierno. Nada
ni nadie lo podrá evitar. Puede el Congreso hacer algún gesto de disgusto, un
“jalón de orejas” como se ha dicho, puede el primer ministro prometer que es él
quien manda en el gabinete, seguirá el ex presidente García haciendo
aspavientos para ser él quien ocupe la preferencia de los medios, de nada
servirá todo esto. La esposa del presidente seguirá siendo protagonista, más
después de que Mario Vargas Llosa la volviera a lanzar como presidenciable -no
importa de qué año, lanzada está- eso también le entusiasma a la CONFIEP y la
gran prensa que la ha convertido en su engreída por no decir en la más directa
interlocutora de sus intereses.
Nadine tiene presencia y mando
porque su marido, el que funge de “presidente” no lo tiene, así de sencillo. Lo
que le falta a uno le sobra al otro. Entonces tenemos un poder fáctico en la
sombra, algo que ciertamente es ilegal y se convierte en un componente de la crisis
política crónica en la que está metido este gobierno. Cuatro gabinetes a mitad
de su mandato son casi un record y cuidado que todavía falta mucho.
Los apristas y fujimoristas no
comparten el entusiasmo del Novel de Literatura con la primera dama, a pesar
que actúan en el mismo equipo anti estatista, anti chavista, y neoliberales
hasta los huesos. Es que el futuro personal, más que político, de sus líderes
está muy en juego que esos comicios. Para Fujimori, solo el triunfo de su hija
el 2016 puede ser garantía absoluta del salvoconducto que necesita para salir
de prisión. Para García Pérez, su postulación y eventual victoria para un
tercer período lo catapultaría a la historia, con lo cual podrá morir en paz, y
de paso evadir por enésima vez la mano de la justicia por acusaciones de
corrupción.
Ellos carga las tintas contra el “factor Nadine”,
como si con meterla en el closet se acaban los problemas. Y es que en el
mezquino cálculo de García y Fujimori, lo único que cuenta son sus intereses
personales. Si apartan a Nadine del centro de la escena, ellos pueden intentar
ocuparla y acrecentar así sus cálculos electorales. No les molesta la política
de la pareja presidencial, lo que les molesta es que les roben el show.
La crisis de fondo no es la
que genera la esposa del presidente, ella solo se ocupa de echarle más leña aún
sin proponérselo. Los problemas de gobernabilidad de Humala se deben a que como
presidente está haciendo todo lo contrario de lo que ofreció como candidato.
Eso que se llama traición y la derecha tilda de “madurez” es lo que está en la
base de la crisis política que se hace recurrente y cada vez con mayor
intensidad.
El Ejecutivo está hecho a la
medida del presidente, para que nadie le haga sombra y desnude sus falencias.
Sin un claro liderazgo, porque el poder paralelo lo fulmina desde el primer
día, los ministros van como zombis hablando por encargo, sin personalidad ni
peso político, ni siquiera para hacer sus tareas bien.
Y ASÍ LE VA AL PAÍS:
Con altísimas cotas de
inseguridad, y todo porque la delincuencia se ve favorecida por un Estado que
hace agua por todos lados, incapaz de apoyarse en un nivel de organización
social para defender al ciudadano de a pie, o a los pequeños empresarios que
son los que ponen los muertos víctimas de las extorciones. En Cajamarca, fueron
las rondas campesinas las que pusieron un dique al avance de los abigeos y el
terrorismo. Todos los sectores políticos reconocen eso pero no quieren que ese
valioso ejemplo de estructuración comunal se extienda; los grupos de poder le
teman más al pueblo organizado que a la delincuencia.
Con una corrupción galopante
convertida en cáncer institucional hasta en la misma policía que debe cuidarnos
y en los jueces que deben impartir justicia. Y así se oponen a una nueva
constitución que limpie de raíz la mugre del Estado y nos dote de nuevas
instituciones, no solo nuevas leyes. Leyes es lo que sobra, lo que falta es
hacer cambios de fondo que terminen con la herencia del Fujimorismo y su
constitución del 93 hecha justamente para que el crimen y el delito convivan
con un estado que teóricamente nos representa a todos.
Con miles de muertes en las
carretera y pistas porque a nadie se le ocurre pensar que el transporte público
de pasajeros es lo que funciona en las grandes ciudades. El neoliberalismo, con
su teoría de la libre competencia, nos ha impuesto la ley de la selva entre los
choferes de combis y buses. ¿Cómo quieren arreglar esto los miembros del
gobierno? Con más sanciones, con mayores penas a los que resulten responsables.
Y entonces se cierra nuevamente el círculo vicioso. Todo queda como antes, en
manos de jueces y policías mal pagados. El tren y el metro serán un alivio en
Lima, nunca la solución mientras en las pistas de la capital prime la sed de
ganancia por parte de inescrupulosas empresas de transporte.
Con una situación económica
que dista mucho de las promesas de campaña: ni gas barato, ni revolución
educativa con un 6% del PBI, ni desarrollo del agro, ni revisión de los TLC
colonialistas que arruinan la agricultura, nuestra industria textil y de confecciones, ni un palmo de industrialización, ni defensa
del agua ante la codicia del oro, tampoco defensa de nuestros recursos, ni
impuestos a las sobre ganancias mineras. Dicen que la macro economía se está
enfriando, pero somos los que más crecemos. Eso no lo siente la gente en el
bolsillo, salvo una clase media emergente que será la más afectada cuando se
acaben los buenos tiempos.
Para la inmensa mayoría de
peruanos, no hay cambio, y sin embargo votaron por el cambio y por eso ganó
Ollanta Humala. Esa es la razón de fondo de lo mal que le va al gobierno. El
oficialismo cree que regalando becas, ollas, loncheras, podrá comprar la
conciencia de la gente como solían hacer Fujimori y Montesinos. Se equivocan
porque el pueblo sí cambió, ahora tiene plena conciencia de lo que hace falta
para sacar al país adelante. Tiene en las manos un proyecto y un programa para
romper con el modelo neoliberal y hacer los cambios empezando por una Asamblea
Constituyente para dotarnos de una nueva Constitución que nos permita refundar
la república, con un estado soberano, nacionalista, democrático, plurinacional.
Sabe que debemos defender el agua y medio ambiente, que hay que recuperar
nuestros recursos para impulsar el desarrollo el agro y la industria.
Pero necesitamos poner en pie
una nueva organización que retome este proyecto y ese programa abandonado por
Humala. Son las bases y cuadros nacionalistas que rompen con el oficialismo los
llamados a ponerse en primera fila en la gestación de ese nuevo espacio
político que deberá articularse estrechamente con el movimiento social pues no
hay cambio alguno sino hay organización y movilización social. Necesitamos
construir rápido un nuevo partido que rescate el programa nacionalista pero que
sea realmente democrático, donde las bases decidan y no sea secuestrado por la
cúpula dirigente o el caudillo de turno. Un partido de nuevo tipo, programático
y confluyente, abierto a la incorporación de corrientes diversas pero unidas
por el programa y la política, porque entre programa y política debe haber
correspondencia y consecuencia, sobre todo tomando en cuenta que hay los que
quieren llenar el vacío que deja el ollantismo pero que siguen apoyándolo en un
doble juego que desacredita el mensaje y lo hace vulnerable a cualquier
negociación que ponga los votos por delante.
Desde el Frente Patriótico
hemos sentado las primeras bases de ese partido con miras al 2014 - 2016 y, más
en perspectiva, de cara a una real transformación del país, compartiendo con
nuestros hermanos latinoamericanos la lucha por nuestra segunda independencia y
por la igualdad y la justicia en el mundo, poniendo fin a la tiranía económica,
política y miliar del gran capital.
Llamamos a sumar esfuerzos, a
juntarnos muchas voluntades, a formar comités locales del Frente Patriótico en
todo el país. El esfuerzo que pusimos para sacar adelante el nacionalismo nos ha llenado de
valiosas experiencias, ahora sabemos lo que debemos hacer y lo que no debemos
hacer. Ya sabemos que sin movilización social y sin partido no hay cambio. Por
eso el oficialismo lo primero que hizo fue romper sus lazos y sus compromisos
con los frentes regionales, con los gremios y sindicatos, con la izquierda que
le apoyó y hasta con su propio partido que quedó varado en el camino, sin
ninguna capacidad de acción frente a “su gobierno”. Que Nadine sea ahora la
presidenta no cambia nada, el partido sigue siendo inexistente en la vida
nacional. Solo un partido organizado puede ser el contrapeso del poder, sin
ello son los caudillos los que ganan y el pueblo el que pierde, aunque a la
larga los procesos sociales acaben con ellos. Cada nueva crisis política en
adelante pondrá a rojo vivo esta gran verdad.
El desplome de la aprobación
del presidente ya es un hecho. Las encuestas de abril solo le dan un 21% de
aprobación y cerca del 80% de rechazo. Cierto que las encuestas suelen hacerse
por encargo y no resulta extraño que El Comercio y RPP, los medios afines al ex
presidente García, estén detrás de las mismas. Pero no cabe duda que no están
muy lejos de la realidad. Y si sigue así, la vacancia presidencial estará
colocada por incapacidad moral si se comprueba los nexos de Palacio con el
operador montesinista López Meneses, o por traición a sus electores si persiste
en meter balas a los que protestan.
De momento la tarea más
importante que tenemos por delante es parar la intención de retomar el proyecto
minero CONGA, de ello depende en gran medida el futuro del país. El pueblo de
Cajamarca y sus representantes deben contar con el respaldo activo de todos los
que se oponen al salvaje extractivismo minero, más ahora que los guardianes de
las lagunas son agredidos y expulsados de sus tierras ancestrales por querer
defender el agua y el medioambiente que son fuente de vida. Y tenemos que parar
el siniestro plan del gobierno, con la minera Yanacocha, de desplazar al
gobierno regional anti Conga para poner un gobierno regional pro Conga.
Lo que se conquistó en las
calles no lo podemos perder en las urnas, para ello es indispensable asegurar
la unidad de todos los que luchamos juntos en torno a un programa que empieza
con la defensa de las lagunas y el ecosistema que la minera Yanacocha quiere
arrasar. Una sola lucha, una sola lista es la consigna del momento para
Cajamarca en las elecciones regionales y municipales de octubre. Todos los
esfuerzos e iniciativas de las fuerzas democráticas y progresistas deben ir en
esa dirección.
Junto con ello, avanzar
niveles de coordinación entre los sectores que salen a luchar, empezando por
los que sufren el embate de los proyectos mineros a tajo abierto y en cabeceras
de cuenca. El fin de esta historia no está escrito, nadie debe sentirse seguro
con sus cálculos, más sino no toman en cuenta la reacción del Perú profundo,
ese que suelen olvidar con facilidad.
Tito PradoMPGT - Frente Patriótico
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