sábado, 19 de abril de 2014

EL FACTOR NADINE O LA GRAN TRAICIÓN


FRENTE PATRIOTICO
El tema Nadine, o mejor dicho el protagonismo de la primera dama, será permanente durante este gobierno. Nada ni nadie lo podrá evitar. Puede el Congreso hacer algún gesto de disgusto, un “jalón de orejas” como se ha dicho, puede el primer ministro prometer que es él quien manda en el gabinete, seguirá el ex presidente García haciendo aspavientos para ser él quien ocupe la preferencia de los medios, de nada servirá todo esto. La esposa del presidente seguirá siendo protagonista, más después de que Mario Vargas Llosa la volviera a lanzar como presidenciable -no importa de qué año, lanzada está- eso también le entusiasma a la CONFIEP y la gran prensa que la ha convertido en su engreída por no decir en la más directa interlocutora de sus intereses.
Nadine tiene presencia y mando porque su marido, el que funge de “presidente” no lo tiene, así de sencillo. Lo que le falta a uno le sobra al otro. Entonces tenemos un poder fáctico en la sombra, algo que ciertamente es ilegal y se convierte en un componente de la crisis política crónica en la que está metido este gobierno. Cuatro gabinetes a mitad de su mandato son casi un record y cuidado que todavía falta mucho.
Los apristas y fujimoristas no comparten el entusiasmo del Novel de Literatura con la primera dama, a pesar que actúan en el mismo equipo anti estatista, anti chavista, y neoliberales hasta los huesos. Es que el futuro personal, más que político, de sus líderes está muy en juego que esos comicios. Para Fujimori, solo el triunfo de su hija el 2016 puede ser garantía absoluta del salvoconducto que necesita para salir de prisión. Para García Pérez, su postulación y eventual victoria para un tercer período lo catapultaría a la historia, con lo cual podrá morir en paz, y de paso evadir por enésima vez la mano de la justicia por acusaciones de corrupción.
Ellos  carga las tintas contra el “factor Nadine”, como si con meterla en el closet se acaban los problemas. Y es que en el mezquino cálculo de García y Fujimori, lo único que cuenta son sus intereses personales. Si apartan a Nadine del centro de la escena, ellos pueden intentar ocuparla y acrecentar así sus cálculos electorales. No les molesta la política de la pareja presidencial, lo que les molesta es que les roben el show.
La crisis de fondo no es la que genera la esposa del presidente, ella solo se ocupa de echarle más leña aún sin proponérselo. Los problemas de gobernabilidad de Humala se deben a que como presidente está haciendo todo lo contrario de lo que ofreció como candidato. Eso que se llama traición y la derecha tilda de “madurez” es lo que está en la base de la crisis política que se hace recurrente y cada vez con mayor intensidad.
El Ejecutivo está hecho a la medida del presidente, para que nadie le haga sombra y desnude sus falencias. Sin un claro liderazgo, porque el poder paralelo lo fulmina desde el primer día, los ministros van como zombis hablando por encargo, sin personalidad ni peso político, ni siquiera para hacer sus tareas bien.
Y ASÍ LE VA AL PAÍS:
Con altísimas cotas de inseguridad, y todo porque la delincuencia se ve favorecida por un Estado que hace agua por todos lados, incapaz de apoyarse en un nivel de organización social para defender al ciudadano de a pie, o a los pequeños empresarios que son los que ponen los muertos víctimas de las extorciones. En Cajamarca, fueron las rondas campesinas las que pusieron un dique al avance de los abigeos y el terrorismo. Todos los sectores políticos reconocen eso pero no quieren que ese valioso ejemplo de estructuración comunal se extienda; los grupos de poder le teman más al pueblo organizado que a la delincuencia.
Con una corrupción galopante convertida en cáncer institucional hasta en la misma policía que debe cuidarnos y en los jueces que deben impartir justicia. Y así se oponen a una nueva constitución que limpie de raíz la mugre del Estado y nos dote de nuevas instituciones, no solo nuevas leyes. Leyes es lo que sobra, lo que falta es hacer cambios de fondo que terminen con la herencia del Fujimorismo y su constitución del 93 hecha justamente para que el crimen y el delito convivan con un estado que teóricamente nos representa a todos.
Con miles de muertes en las carretera y pistas porque a nadie se le ocurre pensar que el transporte público de pasajeros es lo que funciona en las grandes ciudades. El neoliberalismo, con su teoría de la libre competencia, nos ha impuesto la ley de la selva entre los choferes de combis y buses. ¿Cómo quieren arreglar esto los miembros del gobierno? Con más sanciones, con mayores penas a los que resulten responsables. Y entonces se cierra nuevamente el círculo vicioso. Todo queda como antes, en manos de jueces y policías mal pagados. El tren y el metro serán un alivio en Lima, nunca la solución mientras en las pistas de la capital prime la sed de ganancia por parte de inescrupulosas empresas de transporte.
Con una situación económica que dista mucho de las promesas de campaña: ni gas barato, ni revolución educativa con un 6% del PBI, ni desarrollo del agro, ni revisión de los TLC colonialistas que arruinan la agricultura, nuestra industria textil y de confecciones,  ni un palmo de industrialización, ni defensa del agua ante la codicia del oro, tampoco defensa de nuestros recursos, ni impuestos a las sobre ganancias mineras. Dicen que la macro economía se está enfriando, pero somos los que más crecemos. Eso no lo siente la gente en el bolsillo, salvo una clase media emergente que será la más afectada cuando se acaben los buenos tiempos.
Para la inmensa mayoría de peruanos, no hay cambio, y sin embargo votaron por el cambio y por eso ganó Ollanta Humala. Esa es la razón de fondo de lo mal que le va al gobierno. El oficialismo cree que regalando becas, ollas, loncheras, podrá comprar la conciencia de la gente como solían hacer Fujimori y Montesinos. Se equivocan porque el pueblo sí cambió, ahora tiene plena conciencia de lo que hace falta para sacar al país adelante. Tiene en las manos un proyecto y un programa para romper con el modelo neoliberal y hacer los cambios empezando por una Asamblea Constituyente para dotarnos de una nueva Constitución que nos permita refundar la república, con un estado soberano, nacionalista, democrático, plurinacional. Sabe que debemos defender el agua y medio ambiente, que hay que recuperar nuestros recursos para impulsar el desarrollo el agro y la industria.
Pero necesitamos poner en pie una nueva organización que retome este proyecto y ese programa abandonado por Humala. Son las bases y cuadros nacionalistas que rompen con el oficialismo los llamados a ponerse en primera fila en la gestación de ese nuevo espacio político que deberá articularse estrechamente con el movimiento social pues no hay cambio alguno sino hay organización y movilización social. Necesitamos construir rápido un nuevo partido que rescate el programa nacionalista pero que sea realmente democrático, donde las bases decidan y no sea secuestrado por la cúpula dirigente o el caudillo de turno. Un partido de nuevo tipo, programático y confluyente, abierto a la incorporación de corrientes diversas pero unidas por el programa y la política, porque entre programa y política debe haber correspondencia y consecuencia, sobre todo tomando en cuenta que hay los que quieren llenar el vacío que deja el ollantismo pero que siguen apoyándolo en un doble juego que desacredita el mensaje y lo hace vulnerable a cualquier negociación que ponga los votos por delante.
Desde el Frente Patriótico hemos sentado las primeras bases de ese partido con miras al 2014 - 2016 y, más en perspectiva, de cara a una real transformación del país, compartiendo con nuestros hermanos latinoamericanos la lucha por nuestra segunda independencia y por la igualdad y la justicia en el mundo, poniendo fin a la tiranía económica, política y miliar del gran capital.
Llamamos a sumar esfuerzos, a juntarnos muchas voluntades, a formar comités locales del Frente Patriótico en todo el país. El esfuerzo que pusimos para sacar  adelante el nacionalismo nos ha llenado de valiosas experiencias, ahora sabemos lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. Ya sabemos que sin movilización social y sin partido no hay cambio. Por eso el oficialismo lo primero que hizo fue romper sus lazos y sus compromisos con los frentes regionales, con los gremios y sindicatos, con la izquierda que le apoyó y hasta con su propio partido que quedó varado en el camino, sin ninguna capacidad de acción frente a “su gobierno”. Que Nadine sea ahora la presidenta no cambia nada, el partido sigue siendo inexistente en la vida nacional. Solo un partido organizado puede ser el contrapeso del poder, sin ello son los caudillos los que ganan y el pueblo el que pierde, aunque a la larga los procesos sociales acaben con ellos. Cada nueva crisis política en adelante pondrá a rojo vivo esta gran verdad.
El desplome de la aprobación del presidente ya es un hecho. Las encuestas de abril solo le dan un 21% de aprobación y cerca del 80% de rechazo. Cierto que las encuestas suelen hacerse por encargo y no resulta extraño que El Comercio y RPP, los medios afines al ex presidente García, estén detrás de las mismas. Pero no cabe duda que no están muy lejos de la realidad. Y si sigue así, la vacancia presidencial estará colocada por incapacidad moral si se comprueba los nexos de Palacio con el operador montesinista López Meneses, o por traición a sus electores si persiste en meter balas a los que protestan.
De momento la tarea más importante que tenemos por delante es parar la intención de retomar el proyecto minero CONGA, de ello depende en gran medida el futuro del país. El pueblo de Cajamarca y sus representantes deben contar con el respaldo activo de todos los que se oponen al salvaje extractivismo minero, más ahora que los guardianes de las lagunas son agredidos y expulsados de sus tierras ancestrales por querer defender el agua y el medioambiente que son fuente de vida. Y tenemos que parar el siniestro plan del gobierno, con la minera Yanacocha, de desplazar al gobierno regional anti Conga para poner un gobierno regional pro Conga.
Lo que se conquistó en las calles no lo podemos perder en las urnas, para ello es indispensable asegurar la unidad de todos los que luchamos juntos en torno a un programa que empieza con la defensa de las lagunas y el ecosistema que la minera Yanacocha quiere arrasar. Una sola lucha, una sola lista es la consigna del momento para Cajamarca en las elecciones regionales y municipales de octubre. Todos los esfuerzos e iniciativas de las fuerzas democráticas y progresistas deben ir en esa dirección.
Junto con ello, avanzar niveles de coordinación entre los sectores que salen a luchar, empezando por los que sufren el embate de los proyectos mineros a tajo abierto y en cabeceras de cuenca. El fin de esta historia no está escrito, nadie debe sentirse seguro con sus cálculos, más sino no toman en cuenta la reacción del Perú profundo, ese que suelen olvidar con facilidad.
Tito Prado
MPGT - Frente Patriótico

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