Narcotráfico Capo mexicano de
las 7.5 toneladas obtuvo en 3 días hábiles estatus de “trabajador residente”.
El Presidente Humala puso a
Reymundo al frente de migraciones, en diciembre del 2012.
Escribe:
Américo Zambrano
Las autoridades que investigan
al cártel de las 7.5 toneladas de cocaína de Huanchaco, el más grande
cargamento de droga decomisado en la historia policial peruana, deberían seguir
el rastro dejado por el prófugo capo mexicano Rodrigo Torres, alias ‘LIC’ o
‘Licenciado’.
CARETAS 2350 – reveló que
‘LIC’, el Nº 1 de la organización, era el verdadero arrendatario de la
residencia de playa del congresista José León Rivera, vocero de la bancada de
Perú Posible, en el sector más exclusivo del balneario de Huanchaco, en
Trujillo.
El parlamentario encima
visitaba a su inquilino narco, como quedó registrado en un video de seguimiento
policial del 4 de julio pasado, el cual fue obtenido en exclusiva por esta
revista.
Allí nomás no queda la coca.
Documentación en poder de
CARETAS revela que el capo de las 7.5 toneladas de cocaína presumía de
contactos al más alto nivel que le brindaron todas las facilidades para montar
su ilegal negocio en el Perú y exportar así cocaína camuflada en carbón a Europa
en cantidades hasta ahora inéditas.
TIEMPO RÉCORD
El movimiento migratorio del
mexicano Rodrigo Torres, si es que acaso ese era su verdadero nombre, –nacido
el 12 de agosto de 1963 y con pasaporte G14387605– registra ingresos al país
desde diciembre del 2011. A lo largo del 2012, ‘LIC’ viaja a Lima, a Trujillo y
de Lima a España. Todo indica que para afinar el negocio: exportación de coca
camuflada en carbón.
Hasta entonces, el capo
mexicano entraba y salía del Perú en calidad de turista. No podía hacer negocios
ni fijar residencia en nuestro país.
Eso cambiaría pronto.
El 13 de marzo del 2013, el
narcotraficante Torres solicitó en la Dirección de Migraciones de Lima una
“autorización especial para firmar contratos”.
Le fue concedida en solo un
día, el 14 de marzo de ese año.
Una semana después, el
miércoles 20 de marzo del 2013 a las 4 de la tarde, el capo mexicano de las 7.5
toneladas solicitó nuevamente en la Dirección de Migraciones el cambio de
calidad migratoria de turista a trabajador residente.
Su solicitud no incluía el
fichaje de la Interpol, que debía absolver si tenía o no antecedentes
policiales a nivel internacional. Esta omisión a un requisito fundamental debió
dejar sin efecto el curso del trámite de calidad migratoria, pero este no era el
caso: el pedido del narco fue cursado ese mismo miércoles 20 de marzo del 2013
al filo de las 6 p.m. con el Nº 130096839.
Al día siguiente el
narcotraficante entregó en las oficinas de Migraciones el certificado de
Interpol, la Policía Internacional: “sin antecedentes¨.
Una solicitud de cambio de
calidad migratoria toma entre 45 y 90 días. Es lo usual para verificar la
información del solicitante y cotejar los datos con las diferentes
instituciones del Estado, entre ellas la Policía, por supuesto.
Pero ‘LIC’ tenía prisa: el
lunes 25 de marzo –en un tiempo récord de tres días hábiles– la
Superintendencia de Migraciones aprobó el pedido del narco y al día siguiente
promulgó la Resolución Directoral Nº 00093599, según la cual el gobierno le
concedió a ‘LIC’ el estatus de “trabajador residente”.
El documento lleva la rúbrica
del entonces superintendente nacional de Migraciones, el excongresista
nacionalista Edgard Reymundo Mercado.
Reymundo fue nombrado en el
cargo mediante resolución suprema publicada en El Peruano y firmada por el
presidente Ollanta Humala y el entonces ministro del Interior, Wilfredo
Pedraza, el 21 de diciembre del 2012.
Reymundo renunció a
Migraciones en marzo de este año para candidatear a la Presidencia Regional de
Junín por el movimiento local Bloque Popular.
Fuentes de Migraciones
revelaron a CARETAS que el propio Reymundo “recibió llamadas telefónicas y
solicitó agilizar el trámite del mexicano”.
Es por eso que se resolvió en
tres días hábiles, obviando toda la normativa.
Con el cambio migratorio
concedido, ‘LIC’ pudo residir y trabajar desde la casa de playa del congresista
José León, en Huanchaco, organizar su cártel de traficantes y dirigir desde
allí los embarques de cocaína y carbón a Europa.
METIENDO CARBÓN
Desde mediados del 2013, la
empresa del cártel de Huanchaco, Betas Andinas del Perú, realizó 8 despachos de
241 toneladas de carbón a Murcia, España.
En lo que va del año duplicó
las exportaciones a esa misma ciudad: 18 envíos de 1,000 toneladas de carbón de
piedra procedente de La Libertad.
La Policía empezó a seguir a
la banda en mayo de este año, cuando se enteró que una poderosa organización
estaba ‘botando’ cocaína escondida en carbón.
El Departamento “A” de la
División de Investigaciones Especiales de la Dirandro empezó las averiguaciones
y no tardó en llegar a Betas Andinas.
Una de las primeras
indagaciones respecto a la ubicación de los depósitos de esta compañía se
realizó en la comisaría de El Milagro, en Trujillo. Cuando los agentes
preguntaron por Betas Andinas, el comisario dijo: “Mejor ni voy por allí porque
al rato están llamando del Congreso”. Los agentes no entendieron.
Cuando los policías
encubiertos descubrieron a ‘LIC’, el jefe de la organización, en la residencia
de la avenida La Rivera Nº 340, en Huanchaco, propiedad del congresista José
León, comprendieron las palabras del oficial.
Entre junio y julio, León fue
visto entrando a la casa de Huanchaco hasta cinco veces por espacio de una hora
en cada visita, según fuentes confiables.
‘LIC’ permaneció en la casa
del congresista León de abril al 29 de julio de este año, cuando volvió a
México. Continúa prófugo hasta hoy.
Era usual verlo en short en la
terraza de la casa, esperando a una “novia” trujillana o manejando un discreto
Toyota Corolla por Huanchaco.
El congresista León reconoció
a CARETAS que acudió cinco veces a la casa de La Rivera Nº 340, pero dijo que
en solo dos ocasiones habló con ‘LIC’.
“Me dijo diputado. He tenido
la ocasión de verlo en televisión. Hablamos de la seguridad ciudadana. Me hizo
algunas interrogantes. Yo he sido presidente de la Comisión de Seguridad
Ciudadana. Resultó una persona de lo más cordial. Yo creo que nadie hubiera
imaginado una situación así. Y terminó la reunión. Le dije señor hasta luego,
cualquier cosa no dude en buscarme o llamarme”, declaró el parlamentario a
CARETAS, el viernes 5 pasado.
Es la primera vez que un
congresista, que supuestamente le arrienda su casa a una persona llamada Lucía
Villavicencio Ruiz, halla en su propiedad a un presunto subarrendatario y tiene
una “conversación cordial” con él.
La señora Villavicencio, de 41
años, tiene como único domicilio el pueblo joven de Las Lomas, manzana 65, lote
4, en Huanchaco. La Policía dice que era la empleada del capo mexicano Rodrigo
Torres. También limpiaba las casas de los subalternos mexicanos Rubén Larios y
Joseph Gutiérrez León.
Ambos se hacían llamar los
“ingenieros”; Rodrigo era el “licenciado”. El paradero de la señora
Villavicencio es un misterio. “No sabía que era la empleada del mexicano”, dijo
León a CARETAS. “Pensé que se trataba de una asistenta porque en esa zona muchas
empleadas usan uniforme y esta persona se ve bien. Uno tiene a su servicio
alguien que hace los trámites, que va a los bancos. También me imaginé que se
encarga de las labores domésticas”.
León se negó a proporcionar copia del contrato de arrendamiento.
El caso ha pasado a manos del
fiscal del Crimen Organizado, Manuel Castro, quien ya solicitó el levantamiento
del secreto bancario y de las comunicaciones del vocero de la bancada de Perú
Posible. El congresista León, carbonizado por sus palabras, se aferra a la
inmunidad parlamentaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario