La elección hace solo cuatro
meses de Carlos Ramos Heredia como fiscal de la
Nación fue una vergüenza…
El CNM tiene la gran y quizá
última oportunidad de corregir pasados errores, y recuperar su dignidad y la
del Ministerio Público, destituyendo a Ramos Heredia y a su antecesor y socio
José Peláez Bardales. (Foto: Archivo El Comercio).
Gino Costa
Presidente de Ciudad Nuestra
La elección hace solo cuatro
meses de Carlos Ramos Heredia como fiscal de la Nación fue una
vergüenza. No solo por la manera atropellada como se produjo, forzando la
renuncia de Gladys Echaíz y la casi salida de Gonzalo Chávarry, sino
por serios y graves cuestionamientos a su conducta con César Álvarez y los Sánchez Paredes. Sin duda, fue el primer fiscal electo con
un proceso disciplinario en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) que podría llevar
a su destitución.
Para salvarse, jugando en
pared con la justicia –hasta entonces tan complaciente como la fiscalía, por no
decir tan comprometida– sacrificó a su protegido César Álvarez, quien entró a
la cárcel cuatro días después de su juramentación.
Algunas semanas después fueron
detenidos otros cuatro presidentes regionales acusados de corrupción, y desde
entonces un quinto está prófugo.
Para que no hubiera duda de
que el otrora cuestionado fiscal de la Nación se había transformado en un
adalid de la lucha contra el crimen organizado, la fiscalía, luego de años de
ceguera criminal ante las fechorías de Rodolfo Orellana Rengifo, solicitó su detención y la de sus
secuaces, la mayoría de los cuales hoy siguen prófugos.
El flamante fiscal pensó que
su celo para denunciar a los criminales más visibles algo lo ayudaría a
legitimarse en el cargo, pero como ello no ha sido suficiente, ha pretendido
granjearse simpatías con los favores que generosamente otorgaba a políticos en
dificultades, que hoy lamentablemente son legión.
A pesar de ello, su situación
no ha dejado de complicarse. En la comisión del Congreso presidida por Mesías Guevara que investiga la red mafiosa de Álvarez,
acaba de pasar de testigo a investigado. Más grave aún, sus procesos
disciplinarios en el CNM se elevan ahora a cinco, donde acaba de perder a su
principal aliado, Vladimir Paz de la Barra, quien para confundir a las
tribunas ha renunciado so pretexto de que sus colegas son condescendientes con
Ramos Heredia.
Liberados por Paz de la Barra, el CNM tiene la gran y quizá última oportunidad de corregir pasados errores, y recuperar su dignidad y la del Ministerio Público, destituyendo a Ramos Heredia y a su antecesor y socio José Peláez Bardales. Ojalá que lo haga, es lo menos que el país les puede pedir.
Liberados por Paz de la Barra, el CNM tiene la gran y quizá última oportunidad de corregir pasados errores, y recuperar su dignidad y la del Ministerio Público, destituyendo a Ramos Heredia y a su antecesor y socio José Peláez Bardales. Ojalá que lo haga, es lo menos que el país les puede pedir.
El Grupo Gobernabilidad
Democrática y Seguridad Ciudadana
( www.gruposeguridadciudadanaperu.blogspot.com ) considera que, aunque la fiscalía
pasa por uno de sus peores momentos –tan malo como cuando estuvo controlado por
Vladimiro Montesinos, a través de Blanca Nélida Colán– existen muchos fiscales honestos y
competentes que podrían reconducir la institución si esta quedara liberada de
Ramos Heredia y Peláez Bardales.
Para que estos se vayan se
necesita una opinión pública que lo exija a viva voz, si es necesario en las
calles. La prensa independiente será determinante. La única manera de impedir
que el crimen organizado termine de tomar las riendas del Estado, como lo logró
con Montesinos, es contando con un Ministerio Público conducido por gente
limpia.
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