DEFICIT DE LA BALANZA COMERCIAL |
Humberto
Campodónico
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Después de 11 años con grandes
superávits en la balanza comercial (BC), en el 2013 hubo déficit: las
importaciones de US$ 42,217 millones superaron a las exportaciones de US$
42,177 millones. El saldo negativo fue pequeño: apenas US$ 40 millones.
Este año también habrá déficit
de la BC, pero la cosa es más seria: en el I semestre fue US$ 2,032 millones.
Si las cosas siguen así, y así seguirán, a fin de año el déficit superará los
US$ 4,000 millones, más o menos el 2% del PBI.
La primera pregunta es: ¿qué
ha pasado con los Tratados de Libre Comercio que el Perú ha firmado desde
mediados de la década pasada? ¿Acaso no eran en sí mismos la clave para
aumentar las exportaciones a esos grandes mercados?
Recordemos que se han firmado
TLC con EEUU, Canadá, China, la Unión Europea (UE) y Corea del Sur, solo para
nombrar a los más importantes socios comerciales del país.
Cuando se revisan las
estadísticas de comercio exterior, encontramos una realidad muy distinta a la
de los “marketeros” de los TLC. Veamos qué dice el portal del Mincetur
La BC con EEUU ha pasado de un
superávit de US$ 466 millones en el 2009 a déficits de US$ 1,588 y 1,284
millones en el 2012 y 2013; solo en el I trimestre del 2014 ya tenemos un
déficit de US$ 900 millones.
La BC con la UE ha pasado de
un superávit de US$ 4,584 millones en el 2011 a solo US$ 1,683 millones en el
2013. En el 1 Trimestre del 2014 ya entramos a la zona roja: el déficit es de
US$ 39 millones.
La BC con China ha pasado de
un superávit de US$ 811 millones en el 2009 a solo US$ 26 millones en el 2012.
En el 2013 hemos tenido un
déficit de US$ 1,050 millones, situación que continúa en el I Trimestre del
2014 (-US$ 138 millones).
La BC con Corea del Sur ha
pasado del rojo al azul y de nuevo al rojo en los últimos años. En el 2013 tuvimos
un déficit de US$ 47 millones; al I T del 2014 el déficit es US$ 108 millones.
La BC con Japón es la que
mejor comportamiento ha tenido, llegando a un superávit de US$ 1,070 millones
en el 2012, que bajó a US$ 794 millones en el 2013, tendencia que se mantiene
en el 2014.
La BC con Canadá es aún
positiva, pero con tendencia clara al deterioro: el superávit bajó de US$ 3,600
a 2,100 millones del 2011 al 2013. En el I T del 2014 el superávit fue US$ 400
millones (llegaría a US$ 1,600 millones en todo el año).
Los ingresos por exportaciones
(Xs) se han caído porque han bajado los precios de las minerales, que son el
66% de la oferta peruana.
De su lado, si bien las Xs no
tradicionales han aumentado en los últimos años, esto no ha sido suficiente
para compensar la caída, en volumen y precio, de las exportaciones
tradicionales.
Lo contrario ha ocurrido con
las importaciones, que se han triplicado desde el 2006, pasando de US$ 14,800 a
42,200 millones del 2006 al 2013.
En el 2014 ha comenzado,
recién, una ligera desaceleración.
La causa del aumento de las
importaciones hay que buscarla, de un lado, en el dólar barato y, de otro, en
los TLC que implican, justamente la rebaja de aranceles.
Todo eso ha significado la
posibilidad de acceso a grandes cantidades de bienes de consumo a precios
bajos, lo cual, a su vez, contribuyó a la baja de la inflación.
Algunos dicen que la firma de
los TLCs ha permitido la expansión de la capacidad de empresas exportadoras,
así como de la cantidad de productos exportados y del número de países a los
que llega la oferta peruana. Hay algo de cierto en todo ello, pero el análisis
tiene que profundizarse.
Por ejemplo, la concentración
exportadora es muy grande.
Con Canadá, las primeras 20
empresas explican el 85% de las Xs totales.
Con Corea, las primeras 20 son
el 72%. Con China, el 87%; con EEUU, el 50%.
Con Japón el 84% y con la UE,
el 59%.
Habría que ver, además, si en
el Perú no sucede como en Chile, donde las pequeñas y medianas empresas son la
mayoría (en número) pero solo exportan el 7% del valor total
( www.cristaldemira.com , 24/03/2014).
La cuestión de fondo es que
los TLC han sido considerados un fin en sí mismo, como si su sola firma
implicara un torrente de beneficios que, sí o sí, llegaría por añadidura. Ese
es el problema.
La red de TLCs existente no
puede ser vista como un reemplazo a las políticas de desarrollo propiamente
dichas.
Para que su contribución sea
decisiva, los TLC debiera operar en un marco de inserción internacional basado
en políticas de desarrollo productivo. Lo que implica políticas activas,
impulsadas por el Estado, por ejemplo, a través del Plan Nacional de
Diversificación Productiva aprobado hace poco. Y el esfuerzo tiene que ser
coordinado a nivel del Poder Ejecutivo.
Mientras eso no se haga,
seguirán las políticas del Mincetur, que sigue busca que te busca nuevos países
con quienes firmar TLCs, porque sí, pues.
Finalmente, ahora que tenemos
déficits comerciales y una presión alcista del dólar (tanto por la balanza
comercial, como por la situación global de los mercados de capitales, ya que la
tasa de interés en EEUU va a volver a subir) es el mejor momento para replantear
seriamente la política comercial “aperturista” en extremo seguida en los
últimos años.
Si eso no se hace, habrá más
elementos empujando con fuerza el carro de la desaceleración económica.
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