La noticia que el domingo ganó
hasta una primera página y varias informaciones interiores en distintos
diarios, señala que 40 policías (45%) de la dotación del aeropuerto Jorge
Chávez han sido relevados de sus cargos, al descubrirse los vínculos entre algunos
efectivos del servicio y bandas de narcotraficantes que sacan droga del país
por vía aérea. El director superior de la institución anuncia además que de ser
necesario retirará al 100% de su personal y lo reemplazará por otros.
Hace algunas semanas se supo
que tres policías de requisitorias hacían pases de drogas en sus propias
oficinas dentro de la zona de seguridad del aeropuerto a la que ingresaban los
burriers y cambiaban maletas para ser llevadas
al extranjero. El destape más reciente involucra a personal de la
Dirección de Seguridad Aeroportuaria que entregaba la mercadería en los baños.
Aparentemente, y de acuerdo a la versión la Dirección Antidrogas (Dirandro),
los policías eran los que ingresaban la droga y la ocultaban en los ambientes policiales
en coordinación con bandas internacionales que les entregaban el dinero luego
de recibidas las maletas con la cocaína.
Difícil creer que estos
narcotraficantes vestidos de uniforme tuviesen vínculos con el exterior y mucho
más razonable es que actuaran con algún proveedor nacional que les hiciera
llegar de manera sostenida los contenidos que irían en las maletas para que el
negocio siguiera funcionando, y sobre eso todavía no se ha dicho nada. Y muy
probablemente contaban con aliados dentro del resto del personal y los jefes
del aeropuerto que es la única forma de explicar por qué este trabajo podía
realizarse sin ser detectado.
En el año 2009, a raíz de la
captura de un automóvil que llevaba droga hacia el Jorge Chávez, se estableció
de acuerdo al parte policial y al informe fiscal que había una banda de
narcotraficantes actuando para colocar estas sustancias ilícitas en aviones
comerciales, y que estaba integrada por delincuentes, policías, agentes de
aduana y funcionarios de las compañías aéreas y de la administradora del
aeropuerto. Por lo menos eso era lo que decían los informes.
¿Qué se hizo en relación a
esto?, ¿cuántos de los comprometidos en este gravísimo caso fueron
sentenciados?, ¿hasta dónde se llegó en el desentrañamiento de la red
corrupta?, ¿qué cambios se hicieron en el aeropuerto para que no volviera a
ocurrir lo que acababa de comprobarse?, ¿cómo se sancionó a los funcionarios
que por lo menos incurrieron en negligencia punible al permitir los pases de
cocaína?
El balance es nada sobre nada.
De ahí tanta sorpresa de encontrarse que la coladera aeroportuaria no ha
disminuido, sino que se ha hecho mucho más porosa. Lo que sí hubo fue
persecución judicial a los periodistas que investigamos este caso y jueces a
los que no les importó un pito el fondo del asunto que era la existencia de
narcotráfico, sino el interés de LAP de silenciarnos.
http://www.rwiener.blogspot.com/
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