Le ha mentido al país |
CONEXIONES.
Dos días después de la
revelación de Perú21, tanto el abogado como el fiscal de la Nación terminaron
admitiendo reunión, aunque se rehúsan a brindar detalles de lo tratado en la
cita.
SIN SALIDA.
Fiscal de la Nación ahora
deberá responder por los temas abordados en su encuentro con Rodolfo Orellana
Rengifo.
Martín Hidalgo
“Miente, miente que algo quedará”. El precepto acuñado por Joseph
Goebbels no les funcionó a Carlos Ramos Heredia y Rodolfo Orellana Rengifo.
Este último terminó admitiendo ayer la reunión que sostuvieron ambos cuando
Ramos estaba en su despacho de la Fiscalía de Control Interno.
La confesión de parte se da
dos días después de que Perú21 revelara el encuentro que en un principio ambos
habían negado públicamente. Sin embargo, aún existen algunas contradicciones en
las versiones de los implicados.
¿CUÁNTAS REUNIONES?
El primero en admitir la reunión no fue el
propio Rodolfo Orellana, sino su abogado y socio Benedicto Jiménez. En una
entrevista a Ideeleradio, dijo desconocer cuántos encuentros fueron en total,
pero intentó justificar dichas reuniones en que “no es delito” y que Orellana
“tiene derecho a reunirse con cualquier persona”.
Horas después, Orellana se
presentó en otra radio local a brindar su propia confesión de parte. Allí
admitió que visitó el despacho de Ramos Heredia.
“Sí (hablé con él), fui a su
oficina con mi abogado para pedir una reunión y explicarle mi caso. Él estaba
ocupado y me dijo que no podía verme porque tenía que salir a unas diligencias
y no me atendió. Si digo que no lo conozco, es porque no me atendió. No pude
conversar con él”, sostuvo aunque no brindó más detalles.
Sin embargo, esto se
contradice con lo expresado por el propio Orellana ante este diario, el pasado
3 de junio, cuando aseveró: “No lo conozco, yo jamás voy a Palacio (de
Justicia) ni a las oficinas de los funcionarios públicos porque no es mi labor.
Tengo abogados que se dedican a hacer la defensa legal de los caos que yo
tengo”.
La noche del lunes, Ramos
también terminó por admitir el encuentro y con una versión diferente a la del
controvertido abogado. “He atendido al señor Orellana en Control Interno hace
un año y medio como a cualquier usuario”, refirió tras su presentación ante la
Comisión de Defensa.
Otra declaración
contradictoria si tomamos en cuenta que, en la conferencia de prensa dada el
pasado 30 de mayo, aseguró lo siguiente al ser consultado por la misma reunión:
“No he tenido ninguna reunión con esa persona (Orellana). No lo conozco, no he
tenido ninguna reunión. Si está implicado o no está implicado (en ‘La
Centralita’), tampoco yo le puedo asegurar”, refirió.
Aún existen contradicciones
respecto a la fecha y número de reuniones y los temas abordados entre ambos.
Esto se debe a que ambos han sido implicados en el caso ‘La Centralita’: Ramos,
a través de una investigación abierta en el Consejo Nacional de Magistratura
(CNM) por su actuación en la Fiscalía de Control Interno, mientras que Orellana
a través de un pedido de investigación de la Procuraduría Anticorrupción.
CONEXIÓN ÁNCASH
Consultado sobre las implicancias de las reuniones
entre Ramos y Orellana, el exfiscal de la Nación José Antonio Peláez Bardales
sostuvo que es un tema que debe aclararse. “No me explico. Supongo que tendrán
sus razones y sabrán explicarlo”, afirmó. También se apresuró a negar algún
tipo de vínculo con Orellana, aunque, cuando le consultamos sobre si sostuvo
encuentros con el detenido presidente regional de Áncash, César Álvarez,
admitió que sí, en una oportunidad. “En una sola oportunidad llegó Benítez,
acompañado de César Álvarez. En esa ocasión se trató el tema, justamente, de la
intervención que había hecho la Fiscalía en ‘La Centralita’. El pedido era su
queja por la intervención de los fiscales”, dijo Peláez a Perú21.
Al respecto, también nos
comunicamos con el legislador Heriberto Benítez, quien aseveró que visitó junto
a Álvarez el despacho de Peláez con la intención de pedir la creación de una
oficina de control del Ministerio Público en Áncash.
Pero esa fue la segunda
ocasión que Benítez visitaba la oficina de Peláez. La primera vez se dio en
julio del 2011, cuando vino hasta Lima para denunciar a los cuatro fiscales que
intervinieron en ‘La Centralita’, pero no lo encontró. Luego fue a la Oficina
de Control Interno, entonces presidida por Ramos, para formalizar la denuncia
contra los fiscales. Pocos días después, Peláez los removió y Ramos les abrió
indagación. Esos fiscales investigaban a César Álvarez.
LA MENTIRA COMO
DEPORTE
Guido Lombardi,
Opina.21
Carlos Ramos Heredia, el encargado de perseguir el
delito, le ha mentido al país. Lo ha hecho de manera reiterada e
interesadamente. Para protegerse él y para proteger a otros. Aunque sería grave
en sí misma la reunión con uno de los implicados en el caso conocido como ‘La
Centralita’, más grave resulta que haya negado conocer a dicho individuo.
También mintió el implicado, el abogado Rodolfo Orellana
Rengifo, pero en su caso sorprende menos: lo hace periódicamente a través de
una publicación incalificable y es menos alarmante en términos de lograr,
alguna vez, la primacía de la ley. Por más influencias que tenga, por más
abogados que contrate, el señor Orellana no maneja –todavía– el aparato del
Estado encargado de perseguir el delito y sancionar a los delincuentes.
Sin embargo, ¿qué hacemos con Ramos Heredia? Si a Cenaida
Uribe se le acusa por haber utilizado su cargo para una negociación
incompatible y al congresista Vachelli por deudas impagas que él reconoce, ¿qué
hacer contra quien, en el mejor de los casos, ha demostrado total falta de
transparencia en el tratamiento de los gravísimos delitos que nos afectan?
Es comprensible la reacción de la procuradora Julia
Príncipe, que se ha declarado anonadada al conocer la noticia, pero no es
suficiente. La perplejidad puede conducir a la parálisis. El Congreso de la
República, el Consejo Nacional de la Magistratura, el ministro de Justicia y el
propio presidente Ollanta Humala tienen que tomar cartas en el asunto de manera
inmediata y terminante.
Si no es posible actuar ahora en relación a este asunto,
tendremos que resignarnos una vez más a dejar pasar una oportunidad que nos era
favorable. De nada servirán sus preocupaciones monetarias, amigos del BCR.
Tampoco el paquete de medidas reactivadoras que nos ofrece el apreciado
ministro Ghezzi. Mientras Ramos sea fiscal de la Nación, el único deporte
exitoso en el Perú será la mentira, con su correlato de violencia y muerte.
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